Qué es y cuándo aparece el concepto de violencia vicaria

Amnistía Internacional define la violencia vicaria como “una forma de violencia de género por la cual los hijos e hijas de las mujeres víctimas de violencia de género son instrumentalizados como objeto para maltratar y ocasionar dolor a sus madres”.  Además también afirman que desde 2013, 47 niños y niñas han sido asesinados en España como causa directa de la violencia de género, siendo el asesino el padre biológico en 37 de los casos.  

En cuanto al ámbito legal, la Ley Orgánica 1/2004  de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género asegura que, además de la mujer, los hijos también son víctimas de este tipo de violencia, también lo son sus hijos e hijas, utilizados por su maltratador para producir daño.

Este término apareció por primera vez en 2012, cuando la psicóloga clínica Sonia Váccaro definió como violencia vicaria a todas las acciones que se llevan a cabo contra los hijos para herir a las madres y ex parejas. Posteriormente, en 2017 se incorporó este concepto en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Así, ahora las mujeres son consideradas víctimas de violencia de género cuando sus hijos son manipulados o asesinados por sus parejas o ex parejas con el único fin de causar un daño irreparable. 

En 2021, además, la psicóloga Sonia Váccaro realizó, bajo la coordinación de la Asociación de Mujeres de Psicología Feminista de Granada, el estudio ‘Violencia vicaria: un golpe irreversible contra las madres’. En él, llevó a cabo un exhaustivo análisis sobre los asesinatos cometidos en España en el marco de Violencia Vicaria entre el año 2000 y 2021 con el objetivo de dar a conocer las características de un delito que no para de aumentar en el país.

Peluche infantil

Análisis de datos de violencia vicaria en España

Según la Guía de prevención y detección de violencia contra las mujeres, un estudio realizado por la Unidad de Igualdad de la Universidad Complutense de Madrid en 2018, los agresores pueden mostrarse simpáticos y sociales, pero en realidad son personas dominantes, obsesivas e inseguras. Los hombres agresores siguen patrones patriarcales y consideran que los hijos son objetos que la madre tiene gracias a ellos, por los que entienden que se los pueden arrebatar igual que se los dieron.

Entendiendo estas conductas, queremos señalar algunos datos proporcionados por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en forma de gráficos.

Según este organismo, 47 niñas y niños han muerto a manos de sus padres (o parejas/exparejas de la madre) desde 2013, año en el que se comenzó una estadística oficial de menores asesinados en el marco de la violencia de género. La cifra más alta es la del 2017, con ocho menores asesinados.

Gráfico de barras en relación al número de menores asesinados en el marco de violencia vicaria (2013-2022). Elaboración propia

La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género realizó otro estudio en el que concluyó que en 12 de los casos ya había una denuncia previa (incluido el último caso que se ha dado a conocer). En seis, además, se había tomado alguna medida de protección y en cuatro de ellos esta medida estaba vigente en el momento del asesinato.

Gráfico de barras con el total de menores de victimas en relación a en cuántos casos había denuncia previa o no (2013/2022). Elaboración propia

¿Qué necesitamos saber sobre la violencia vicaria?

La primera de nuestras entrevistadas es María Amparo Martínez, abogada especializada en violencia de género. Además, cuenta con experiencia en varios casos de violencia vicaria. De esta forma, aporta información desde el punto de vista legal que se complementa con los testimonios del resto de entrevistas. 

Por otra parte, una de los miembros de la asociación Libres de Violencia Vicaria, cuya identidad no revelaremos por petición propia, comenta las cuestiones judiciales que deberían cambiar para proteger completamente a las víctimas. Además, nos da una serie de pautas para que, en caso de encontrarnos con un caso de violencia vicaria, sepamos cómo actuar y ayudar a la víctima. 

Por último, hemos querido añadir a nuestro reportaje una parte fundamental para retratar la violencia vicaria desde la realidad menos escuchada y más esencial: las víctimas. Por ello, en este último vídeo podemos ver el testimonio de dos mujeres víctimas de violencia vicaria. 

La primera de ellas nos ha pedido mantener en esta entrevista un total anonimato sin ningún tipo de identificación en su relato. Sin embargo, la segunda de ellas sí que ha preferido mostrar su nombre y rostro. Ella es Natalia Morlas, madre de una hija de 14 años y ambas víctimas de violencia vicaria. 

A través de estos testimonios, las víctimas retratan su experiencia con el maltratador en casa, su régimen de visitas con los hijos, los abusos que estos sufrían y las consecuencias con ellas después de estos encuentros. Del mismo modo hacen eco de la poca atención a estos casos por parte de los organismos y de la falta de medidas para cambiar esta situación.

¿Cómo podemos detectar un caso de violencia vicaria?

A pesar de que la violencia vicaria es una violencia ejercida generalmente a los niños, su objetivo es provocar el máximo daño a la mujer. Para identificar cuando alguien puede estar siendo víctima de este tipo de violencia, existen varios precedentes o señales que se pueden alertar. Por ello, a continuación trataremos de explicar algunos de los comportamientos más identificativos en este tipo de casos y en este tipo de agresores. Señales a identificar que para quienes puedan estar sufriéndolas en este momento, sepan que pueden ponerle un nombre y salir de allí.

De este modo, algunas de las claves más identificativas de esta forma de violencia de los agresores sobre sus víctimas (madre e hijos) son por ejemplo las siguientes:

  • Maneja a sus hijos al servicio de sus intereses para que se pongan en contra del otro progenitor e incluso le insulten o le agredan… Es decir, utiliza, coacciona o chantajea a los hijos o los temas de éstos, para hacer daño al otro progenitor. Ejerce esa coacción con el fin de someterlo a sus deseos. 
  • Usa los momentos de recogida y retorno del régimen de visitas de los hijos/as en común para insultar al otro progenitor. Los hace testigos de sus críticas y habla mal del otro progenitor o de sus allegados, en presencia de los hijos/as en común
  • No cubre las necesidades de los menores. Emplea el tiempo a solas con ellos o las visitas en contra de la expareja a través de los hijos. Por ejemplo, llegan de vuelta con pertenencias rotas, en caso de que necesiten tratamiento farmacológico no se lo administra o no se les ofrece la asistencia médica necesaria, entre otros comportamientos habituales.