En el último año de Grado, los alumnos deben enfrentarse a un tipo de trabajo diferente a los que llevan haciendo cuatro años. Nos referimos al Trabajo de Fin de Grado, o TFG, que suele traer a algunos de cabeza.
Lo hace por diferentes razones. El alumno debe seleccionar un tema y desarrollarlo en profundidad, explicando la finalidad que buscan alcanzar tras el desarrollo del trabajo. Para ello, los alumnos acudirán a trabajos preexistentes (las temidas fuentes), sobre las que fundamentarán sus conclusiones. Decimos temidas porque muchos no suelen trabajar de manera habitual con el progreso de consulta de fuentes, vital en cualquier trabajo académico. Todo lo que decimos debe estar apoyado por datos demostrables, o por las conclusiones a las que otros investigadores han llegado en el proceso de su trabajo. Existen muchos tipos de fuentes, como nos explica Diana Gavilán , y cada una tiene una utilidad diferente.
Sabiendo cuales son las ventajas y las desventajas de los alumnos, parece evidente lo que se puede hacer para alcanzar una buena nota en el TFG: tener claro el tema, sentirse a gusto con el mismo, buscar fuentes (prima la calidad sobre la cantidad), consultarlas con tiempo y detenidamente, y dedicar a la redacción del mismo una cantidad de tiempo importante. Esa cantidad de tiempo que debemos dedicar al TFG coincide con el cumplimiento de las últimas asignaturas de la carrera (si se está realizando a la vez que el cuarto curso de la carrera), y ello impide que nos dediquemos en cuerpo y alma al trabajo. Esa falta de tiempo es uno de los aspectos negativos que señala Iris Pérez, graduada en Periodismo por la Complutense, y que aprobó el Trabajo de Fin de Grado
Y no sólo el TFG en sí es fuente de problemas para los alumnos. Algunos estudiantes, con asignaturas de los primeros cursos suspensas, decidieron posponer la repetición de dichas asignaturas en el tiempo, queriendo dedicarse enteramente al curso que les tocaba. Una de dichas alumnas es Marina Ortiz, que decidió (guiada por personal de la Secretaría de alumnos) retrasar la repetición de una asignatura de segundo curso, tras haber preguntado si ello tendría alguna consecuencia para el correcto desarrollo del Grado y recibir como respuesta que no. Ahora, llegado el cuarto curso, Marina se sorprende al no poder terminar su grado, pues arrastra asignaturas básicas de obligatorio cumplimiento para optar a realizar el TFG
En definitiva, los alumnos deben elegir temas que combinen un cierto atractivo y que sean accesibles en cuanto a su investigación. También hay que recordar que el tutor estará siempre disponible para resolver las dudas del alumno, guiarlo en el desarrollo de su trabajo y recomendarle posibles fuentes. A pesar de ello, no diremos que el tutor solucionará el trabajo al alumno. Esa no es su función. Este es un trabajo académico de investigación: el tema que elijamos tendrá que quedar convenientemente explicado en nuestro trabajo, y las conclusiones deberán poder ser tenidas en cuenta por futuros investigadores. Estamos, en resumen, ante un trabajo en el que dejamos de ser estudiantes y nos convertimos plenamente en investigadores y periodistas
PD: Os dejamos dos enlaces de interés para la realización del TFG: Si haces plagio, te van a descubrir, y una pequeña presentación de la Universidad de Málaga sobre lo que es un TFG