Los animales han estado presentes en nuestra sociedad tanto como nosotros. Su presencia ha estado ligada en múltiples ocasiones al trabajo y la alimentación. Desde los caballos y perros de caza hasta las gallinas y las vacas, el uso de éstos ha sido para un mismo fin: satisfacer los deseos de los humanos.

En la actualidad nos encontramos en un punto de inflexión respecto a los derechos de los animales. Con la nueva Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales se trata de asegurar su protección, pero de ella muchos continúan quedando excluidos.

Animales usados para la experimentación, perros de trabajo – los de pastoreo, acompañamiento o que formen parte de los cuerpos de seguridad -, caballos y galgos de carreras, animales criados para la alimentación… Son muchos los que quedan fuera de esta nueva ley que trata de asegurar su seguridad. Aprobada el pasado 9 de febrero en el Congreso de los Diputados, su entrada en vigor se espera próximamente.

Ante este escenario las opiniones dispares son muchas, ¿a qué afecta? ¿ por qué excluyen a aquellos animales que más protección necesitan?

Carrera de caballos en el Hipódromo de la Zarzuela // @hipodromomadrid

El principal objetivo de esta ley no es tanto el garantizar el bienestar de los animales evaluando las
condiciones que se les ofrecen, sino el regular el reconocimiento y la protección de la dignidad de los animales
por parte de la sociedad. Por tanto, no regula a los animales como un elemento más dentro de nuestra
actividad económica a los que se deban unas condiciones por su capacidad de sentir, sino que regula nuestro
comportamiento hacia ellos como seres vivos dentro de nuestro entorno de convivencia
.

Fragmento extraído del BOE 117-6

Bienestar animal

La Organización Mundial de Sanidad Animal define bienestar animal como «el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere».

En el Código Civil observamos que se pone como obligación del propietario o poseedor del animal de ejercer sus derechos y deberes sobre él, cuidándolo, respetándole como ser sintiente y asegurando su bienestar conforme a las características de cada especie, lo que supone que algunos animales quedan excluidos o limitados en sus derechos.

Entrevistamos a Amanda Romero García, concejala de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid, activista por los derechos de los animales y especialista en medioambiente.

El 9 de febrero de 2023 el Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid reunió a unos 1.000 profesionales del sector con la intención de analizar las novedades que ofrece esta nueva ley de protección animal en lo relativo al ejercicio de la profesión veterinaria.

Antes y después de la ley de protección animal

La ley pone sobre la mesa una serie de medidas que, según el Ministerio de Derechos Sociales, supondrán un cambio completo en la protección de los animales que conviven con los humanos.

De manera sintetizada, podemos observar los cambios en estos 10 puntos:

  • DNI Animal. Con el futuro DNI animal quedarán registrados todos los datos del animal desde que nace hasta que muere. Con esta nueva medida se pretende poder localizarlos en todo el país, acabar con el abandono de animales y la cría descontrolada.
  • Curso formativo antes de comprar o adoptar una mascota.
  • Penas de cárcel y multas más duras. Se llevará a cabo una reforma del Código Penal para endurecer las sanciones por maltrato animal. Respecto a las penas de cárcel se prevé que sean de 18 hasta 24 meses si el animal fallece, pudiendo llegar hasta los 36 meses. En lo referido a las multas, las infracciones leves van desde 500 a 10.000 euros, las graves de 10.001 a 50.000 euros y las muy graves de 50.001 hasta 200.000 euros. 
  • Prohibido sacrificar animales salvo por motivos sanitarios y eutanásicos. No se pueden sacrificar animales sanos, todo debe ser bajo la prescripción de un veterinario.
  • Identificación de animales de compañía. La ley propone crear una lista en la que se detallen qué animales son de compañía y pueden convivir con humanos en viviendas particulares.
  • Esterilización de mascotas. Será obligatorio esterilizar a todas las mascotas que vivan en el exterior de las viviendas, para evitar la cría incontrolada.
  • Regulación de cría y venta de mascotas. Solo los criadores que estén registrados y profesionales podrán dedicarse a la cría y venta de animales. Si la ley sale adelante, ningún particular podrá criar sus propias mascotas. Las tiendas de animales no podrán vender ni exhibir con fines comerciales animales como gatos, perros y hurones.
  • Regulación en los circos, zoos y espectáculos. No se permitirán animales salvajes en los circos. Los zoos y delfinarios se convertirán en centros de recuperación de especies autóctonas. No se permiten actividades donde los animales puedan sufrir o acabar heridos.
  • Fin de los perros peligrosos (PPP).
  • Animales excluidos con la ley. Algunos animales quedan excluidos en esta ley, como son los  perros policías o del Ejército, de trabajo, de asistencia, perros guía de la ONCE, de caza y pastores. Además quedan fuera los animales de actividades taurinas, se consideran un bien inmaterial y patrimonio cultural. También quedan fuera los animales que utilizan en investigaciones.

También hemos podido hablar con uno de los miembros de la asociación Animal Soul Rescue, quien nos traslada la perspectiva de las organizaciones que trabajan día a día con los animales más vulnerables.

Fuera de España: ¿Cómo se trata en la UE la protección animal?

El artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea indica que “la Unión y los Estados miembros tendrán plenamente en cuenta las exigencias en materia de bienestar de los animales como seres sensibles”. Sin embargo, esta legislación en la práctica no se puede llevar a cabo, ya que sobre el bienestar animal priman “las disposiciones legales o administrativas y las costumbres de los Estados miembros relativas, en particular, a ritos religiosos, tradiciones culturales y patrimonio regional”.

No obstante, las instituciones europeas ya han aprobado reglamentos que mejoran las condiciones de animales que sufren explotación como la experimentación para la producción de cosméticos y su venta en territorio europeo. A pesar de todo, siguen existiendo prácticas en las que la explotación animal se lleva a cabo.

Desde el punto de vista de la protección animal por parte de los Estados, Alemania, por ejemplo, recoge en el artículo 20 de su Constitución reformada en mayo de 2002 que “El Estado protegerá [… a] los animales a través de la legislación y, de acuerdo con la ley y el Derecho, por medio de los poderes ejecutivo y judicial”. Es decir, la protección de los animales es un fin del Estado, pero como figura jurídica no tienen derechos. Países como Austria y Eslovenia también están comprometidos constitucionalmente con el bienestar y la protección de los animales, pero no poseen derechos jurídicos.

En Francia, el gobierno aprobó hace un año una ley de protección animal que recogía entre otras iniciativas la firma de un “Certificado de compromiso y de conocimientos para todo primer comprador de un animal de compañía, con un periodo de reflexión de siete días entre dicho compromiso y la formalización de la adquisición, que recuerda las obligaciones que conlleva en materia de cuidados, alimentación, vacunas o revisión veterinaria”. Además, también se ha prohibido la venta de perros y gatos en tiendas físicas y de páginas web homologadas a partir de 2024.

Es importante también, hablar de la consideración jurídica que reciben los animales por parte de los países miembros de la UE, ya que la propia comunidad europea considera a los animales como cosas, siendo objetos del derecho de propiedad. Países como Alemania, Austria, Suiza, Francia, Portugal y la República Checa han diseñado una categoría jurídica distinta de la de persona y de la de cosa para aplicarla a los animales no humanos.

Sin embargo, esta nueva categoría no se aplica de igual manera en estos países. En el caso de Alemania, Austria, Suiza y la República Checa los animales no son cosas. Esta consideración, no especifica un reconocimiento jurídico útil, tan sólo expone que no son cosas. Países como Francia y Portugal reconocen a los animales como seres sintientes y se prevén nuevas medidas a favor de su consideración jurídica.