Las asociaciones estudiantiles siempre han servido para fomentar y experimentar la universidad desde otra perspectiva, en la que el alumnado pasa a ser protagonista colectivo de la representación estudiantil.
En el caso de la facultad de Ciencias de la Información, la actividad de este tipo de asociaciones estudiantiles radica en dos agrupaciones: SALF, con 10 años de antigüedad en la facultad, y Enfocando. Estas dos agrupaciones centran sus actividades principalmente en el cine y ocio de ciencia-ficción -y otras actividades como torneos de juegos de mesa- , y en el mundo audiovisual respectivamente.
A pesar de la existencia de otras asociaciones, la actividad del resto es prácticamente fantasmal, no hay datos ni noticias sobre su actividad o miembros.
Las asociaciones -las de Ciencias de la Información- se enfrentan hoy en día a varios problemas que se derivan, sobre todo, en la poca participación del resto de estudiantes. A veces los alumnos simplemente se ven interesados en la asociación por los créditos, por lo que muchas veces se inscriben y no vuelven a pasar por la asociación nunca, o hacen las tareas mínimas para conseguir ese crédito, para luego desentenderse.
Otro de los grandes problemas a los que se enfrentan las asociaciones es la escasa visibilidad que se da a estas asociaciones, que se ven sin recursos para publicitarse a sí mismos, recurriendo en muchos casos a darse a conocer por sus propios medios -por redes sociales o por el boca a boca- pero sin una ayuda clara de la Universidad salvo clavar carteles en los corchos. Se sigue sin incentivar este tipo de actividades.
Pero, ¿Cómo puede ayudar una asociación a un estudiante? Hay muchos tipos de asociaciones, pero SALF y Enfocando están centradas principalmente en actividades de ocio de ciencia-ficción y actividades de cine, proyección de estrenos, maratones, ciclos de cine sobre un determinado tema -a veces en colaboración con otras facultades-. No solo la función de estas dos asociaciones es de recreo, sino que también se organizan cursos de fotografía, de edición, o de cine, sirviendo también como apoyo informativo al estudiante y permitiendo poder seguir desarrollando sus inquietudes.
Las asociaciones reciben 127 euros anuales por parte de la Universidad, sea cual sea su tamaño o actividad. La Universidad también obliga a estas asociaciones a mostrar sus cuentas, y esto les da muy poco margen para crear proyectos de mayor envergadura, teniendo que recurrir a la escasa red de contactos con las que cuentan. Las asociaciones están intentando tener una mayor convergencia y una mayor colaboración con la Universidad, para que estas asociaciones puedan suponer una opción real por y para los estudiantes.
A nivel institucional, la SALF demanda demanda una mejora a nivel presupuestario y publicitario, un fomento de la actividad de la asociación, y sobre todo el fomento de otro tipo de actividades y asociaciones que puedan crear un alternativa completa, visible, y eficaz para el alumno.
SALF es una asociación tan importante como necesaria dentro de la facultad de Ciencias de la Información, pero en materia académica, social, política, y burocrática, no hay asociaciones que nos puedan representar aparte del consejo de estudiantes, no hay vías alternativas para la participación de los estudiantes.
Como podemos ver, los recursos que aporta la Universidad a las asociaciones son mínimos y SALF es una de las perjudicadas. No obstante, perduran con ilusión de prosperar y ser un nicho social y cultural para todos los alumnos que tengan interés en lo anteriormente expuesto. El tiempo determinará si la Universidad pueda cooperar con ellas y propiciar una nueva esfera universitaria, más rica y completa en un futuro.
La integración de los inacabables créditos dentro hasta de las asociaciones estudiantiles hacen que muchos estudiantes solo se preocupen de eso, los créditos. En definitiva, las asociaciones estudiantes en la que es nuestra casa durante cuatro años son una especie en peligro de extinción, mientras que en el resto de facultades del campus, las asociaciones marcan mucho más la vida de los estudiantes, objetivo que debería implantarse en Ciencias de la Información.