Para nadie es un secreto que en los últimos años las redes sociales han cambiado el paradigma de la comunicación, convirtiéndose en una herramienta que permite interactuar y crear espacios de expresión. Sin embargo, a diario se resaltan aspectos negativos de ellas, sobre la desinformación que provocan o incluso, se plantean como fuentes de distracción para los más jóvenes.

Teniendo en cuenta el contexto cultural que nos rodea y los artefactos tecnológicos al alcance de todos, la población más joven en muchas oportunidades utiliza redes sociales como Instagram, Facebook o Twitter para la construcción de su identidad, y así crear perfiles que utilizan como carta de presentación ante el mundo. 

Se ha determinado que en muchas ocasiones el juego con las redes sociales puede llegar a producir adicciones, repercutiendo de forma negativa en la psiquis de las personas y generando enfermedades como ansiedad o depresión. 

Esto recae directamente en los altos niveles de aceptación que se desea tener en el espacio internauta. También, las comparaciones están muy latentes, generando climas de poca aceptación corporal o incluso, donde se observan estilos de vidas llenos de lujos, por lo general producidos por los llamados “influencers”, los cuales están muy alejados de la realidad de muchas personas.

Sin embargo, no todo es negativo. Las redes sociales ofrecen otra manera de ver el mundo, de conocer nuevas culturas, de educar, de observar otras realidades y de mitigar el golpe de las distancias entre personas. Más allá de ser vistas como elementos superficiales, muchos usuarios las utilizan para fomentar su crecimiento personal. A su vez, las mismas pueden utilizarse como instrumentos para vencer conflictos y generar cambios con acciones solidarias. 

Es importante reconocer que la globalización y las nuevas tecnologías no tienen freno, ya que esto será parte de la vida de esta generación y también de las futuras. Por eso, educar y enseñar al respecto, no debe ser un tema alejado ni de las aulas, ni de la vida familiar. 

Explicadas las ventajas y desventajas de las redes sociales, fuimos a dar voz a los sujetos que las frecuentan, es decir, a los jóvenes. Desde la Facultad de Ciencias de la Información hasta la de Medicina, entrevistamos a jóvenes estudiantes que nos brindaron sus experiencias por las redes sociales.

 

 

Ni todo es negro, ni todo es blanco. Las diferentes perspectivas de los estudiantes esclarecieron que no hay una única tendencia. Instagram sería la red social en la que todos participarían activamente, sin embargo, no tanto como ellos pensaban. Hicimos un experimento donde primero les preguntábamos cuántas horas de medía pasaban al día en esta red social, y después les pedíamos que revisaran en el móvil cuantas horas les decía Instagram que habían pasado. La mayoría se sorprendió al ver que pasan menos horas de las que ellos pensaban. La excepción sería TikTok, red social no tan popular como Instagram pero mucho más adictiva.

Sabemos lo que opinan los mayores consumidores de redes, los jóvenes. Pero no sabemos cómo les afectan las redes: en su vida, comportamiento, relaciones con los demás…por ello, nos pusimos en contacto con una community manager especializada en redes sociales.

 

 

Las redes sociales son un portal de comunicación unilateral, pero no es la vida real. Estamos todos interconectados, es decisión nuestra si somos sólo consumidores o también pasemos a ser creadores de contenido. Debido a la pandemia, los pocos que se negaban a entrar en el mundo digital, entraron para poder seguir siendo “relevantes” en una sociedad que tenía restringido el trato personal. Así comenzaba nuestra entrevista con Andrea Belmonte, Community Manager y consultora de marca personal. Nos explicó la clave principal de las marcas en las redes: empatizar con el usuario para crear una relación de confianza con él.

Los jóvenes tienen a golpe de un click un mundo digital lleno de contenidos en el que se pueden relacionar con otros usuarios con los que comparten los mismos intereses. Además, la continua evolución de las nuevas tecnologías hace que cada vez existan menos barreras para compartir experiencias que simulan la realidad. No solo hablamos de mensajes instantáneos, sino que tenemos la posibilidad de comunicarnos audiovisualmente en tiempo real.

 

Usuarios mensuales 2021

Usuarios activos mensuales de redes sociales y servicios de mensajería en 2021 (en mil)| Fuente: Digital 2021- We Are Social y Hootsuite vía DataReportal.

 

Pero el uso excesivo de las redes ha desembocado en numerosas consecuencias en la vida diaria de los jóvenes. Según el estudio de GAD3 y Empantallados (2021) “El impacto de las pantallas en la vida familiar durante el confinamiento” (p.73) uno de cada cuatro jóvenes reconoce que les cuesta más concentrarse. Además, el 23% afirma que tiene menos paciencia. 

Ante esta situación contactamos con María Zalbidea (analista de tendencias digitales y autora del blog “Cosiendo la brecha digital”) para que nos contara su opinión sobre los efectos de las redes sociales.

 

 

Maria Zalbidea, reconocida socióloga nos explica cómo los jóvenes utilizan las redes. La analista de tendencias en ningún momento “demonizó” las redes, sin embargo dijo que es necesario una autogestión de las redes, de forma “sana”. Para que así no nos convirtamos únicamente en un “escaparate” que mostrarle al mundo. Las redes pueden ser utilizadas por los jóvenes de forma positiva, es decir, además de consumir los contenidos, pueden ser parte de estas siendo creadores de contenidos.

Como hemos podido ver a lo largo del texto, las redes sociales ocupan una parte importante en nuestra vida diaria. Son una vía de comunicación con el resto del mundo en la que podemos crear y compartir. Al mismo tiempo son fuentes de información de las cuales aprendemos una infinidad de conceptos.

Pero el uso excesivo de las redes sociales está creando problemas en la sociedad, especialmente en los más jóvenes. Y es que están en una continua búsqueda de aprobación externa, mayoritariamente de sus seguidores, en vez de la propia.

Por lo tanto, es importante reconocer el papel que juegan las redes en nuestra sociedad como un medio beneficioso para el crecimiento personal. Pero impartiendo una educación previa para un buen uso al respecto, que permitirá evolucionar junto a las nuevas tecnologías.