Según la investigación publicada en el Journal of Regional Science, España es uno de los países europeos con menos áreas habitadas. Alrededor del 87% del territorio español se encuentra despoblado en la actualidad, mientras que sólo un 13% del mismo cuenta con niveles de población altos.
España concentra su población en grandes pueblos y ciudades en el centro, sur, este y noreste de la península, que se corresponden con las Comunidades Autónomas de Madrid, Andalucía, Valencia y Cataluña. La parte ocupada del territorio son zonas muy densas, ya que en ellas se concentra gran parte de la población

En la actualidad, España cuenta con 47.615.034 habitantes, sin embargo, su densidad de población tan solo alcanza los 94,7 habitantes por kilómetro cuadrado. “En densidad España está por debajo de la media europea, pero en las zonas ocupadas es bastante alta”, explican los encargados del estudio.
Los motivos que han llevado a la despoblación de las zonas rurales españolas en los últimos años son, entre otros, la falta de presupuestos y servicios públicos, la carencia de transporte, de conexión a internet, de trabajo, de escuelas y niños.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que, el abandono de los pueblos o zonas rurales es previo a la propia despoblación, un lugar comienza a vaciarse cuando sus habitantes detectan que persiste un ápice de abandono por parte de las administraciones gubernamentales, que no suelen apoyar ni beneficiar a las economías rurales.
Hablamos con Sergio Arranz, alcalde de Cantalojas, un pequeño pueblo de Guadalajara de 144 habitantes, donde la despoblación se ha hecho notar en los últimos años, aunque gracias a la pandemia de la COVID-19 su densidad de población ha aumentado notablemente tal y como indica Sergio.
Uno de los segmentos poblacionales más afectados por este fenómeno son los jóvenes, quienes se ven obligados a irse de sus pueblos para encontrar oportunidades académicas y laborales en las grandes ciudades o en los pueblos más cercanos a las capitales. Para conocer la verdadera situación de estos jóvenes, hemos entrevistado a Alicia López y Eva Lapeña, residentes de Cañada Juncosa (Cuenca) y Belén Martín de Villaluenga de la Sagra (Toledo)
¿Qué se puede hacer ante esta situación?
En la actualidad, el término despoblación parece ser sinónimo de abandono o concentración, hablando así de abandono de las zonas rurales y concentración de las zonas urbanas. Todo ello, nos lleva a pensar en que se trata de un fenómeno irreversible, sin embargo, los defensores del medio rural aseguran que aún es posible salvar las zonas rurales.
Para José Luis Rojo, catedrático de economía aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, es necesaria una actitud positiva en lo que a migración se refiere, junto con una serie de mejoras en la organización del territorio. “Organizar la ruralidad en núcleos viables, y contar con población joven y formada, que hoy día está llamando a puertas, es la solución a la despoblación y al envejecimiento. Esto debe combinarse con […] una mejor financiación de la educación, que resulta, en este sentido, imprescindible”, explica el catedrático.
De igual forma señala la Asociación contra la Despoblación la necesidad de fomentar el emprendimiento en las zonas rurales, “hay que potenciar la agricultura y ganadería responsable, sostenible. Potenciar la industria agroalimentaria de calidad”.
Otras medidas contra la despoblación se fundamentan en determinados cambios que deben propagarse desde el gobierno nacional. Por ejemplo, la simplificación de los trámites administrativos, para favorecer la apertura de negocios, la mejora de las infraestructuras de comunicación y transporte, así como la mejora de las conexiones a internet, permitiendo el teletrabajo, entre otras premisas.
Hemos hablado con Alberto Sanz, especializado en el análisis sociológico de la población; y con Jorge Blanco experto en demografía, para conocer en profundidad las causas de la despoblación y sus posibles soluciones.