El modelo digital es incesante. Cada vez más, los sectores se modernizan. Hoy en día podemos encontrar todo tipo de tecnología innovadora. Desde coches que se cargan, pasando por gafas de realidad virtual hasta llegar a máquinas con inteligencia artificial. ¿Dónde han quedado las viejas tecnologías? Los cheques en papel, las cartas escritas a mano, incluso los mensajes de SMS parecen ya inventos perdidos en el tiempo a pesar de que no han pasado ni dos siglos desde su invención. La sociedad de hoy en día plantea un avance tecnológico que trata de ayudar a mejorar todos los sectores del mundo. El sector de las finanzas, concretamente el bancario, no ha sido excepción.

Persona mayor sujetando teléfono móvil
¿Cómo nació el cajero?
La historia sobre cómo nació el cajero automático es curiosa. Hace cincuenta años nadie sacaba dinero insertando un trozo de plástico y seleccionando desde una máquina la cantidad que se deseaba sacar. Hace cincuenta años, para sacar dinero había que acudir al banco el día que se traía dinero, presentar el cheque con la cantidad que se quería sustraer y que la responsable fuese la que entregase a la persona en mano el dinero que se había pedido. El primer cajero automático en España se instaló en 1974, en el Banco Popular de Toledo. Desde entonces la masificación de cajeros automáticos se ha extendido por todo el país, a la par que por todo el mundo.

Datáfono con tarjeta insertada
Un avance imparable
Con el avance de la era tecnológica, lo que entonces fue el primer cajero automático que a través de códigos sofisticados permitía sustraer del banco la cantidad de dinero indicada por aquel que quisiera sacarlo de su cuenta hoy son las sucursales cada vez más modernizadas. Con esta modernización de los cajeros, que hoy en día, no necesitan ni que se introduzca la tarjeta de crédito, las personas mayores están en apuros. En tan solo 50 años, hemos pasado de cheques en papel y dinero efectivo a pagar con un reloj o con el pitido de una tarjeta que ni siquiera se inserta en el datáfono. Estos avances tecnológicos han tenido lugar en un periodo de tiempo muy corto que no permite que todos se adapten a él de la misma forma.
A la hora de sacar dinero, las personas mayores son las que más problemas pueden tener. Las máquinas no están atendidas por un personal y si se desea ayuda solo puede darse en el horario que la oficina esté abierta. Para las personas mayores, que no han nacido con esta tecnología ni están capacitadas del todo para seguir él frenético ritmo de los últimos avances, sacar dinero puede convertirse en una pesadilla. Cada vez hay menos personal, menos trato de personas que pueden ayudar a los mayores para llevar a cabo sus gestiones bancarias y es por ello que en este caso, la tecnología no ayuda, sino que excluye.

Mujer mayor hablando por teléfono
Primeros testigos
Los nacidos entre 1940 y 1960, rondan entre los 60,70 y 80 años. Estas personas han sido testigos del primer reactor nuclear (1945) y la primera televisión en color (1951) entre muchos inventos que se descubrieron en estos 10 años. Personas que han nacido con tan poca tecnología han pasado por un proceso frenético que en el último siglo ha incorporado avances tecnológicos inimaginables y sin los que hoy no podríamos llevar una vida tan cómoda cómo la que tenemos.Las tarjetas de crédito son un mundo para algunas personas. Gestionar la vida económica desde un ordenador no es fácil, sobre todo para aquellos que nacieron sin que ni siquiera se hubiese inventado el primer ordenador (1947).

Ojos de una persona mayor
Los cajeros automáticos excluyen cada vez más a los ,mayores que no son capaces de atender su vida económica desde la perspectiva de la digitalización. Los pasos en internet que hay que dar para llegar a dar con la cuenta bancaria personal no son sencillos, para una persona de 70 años, mucho menos. Para poder analizar y elevar a opinión pública la controvertida temática que existe sobre los cajeros automáticos digitalizados y las personas mayores, este reportaje ha entrevistado a dos perfiles de personas que van a poder ayudar a generar esta imagen global sobre el tema.

Hombre mayor de perfil
Por un lado tenemos a un profesor de la fundación ACUMAF, José García Medina que atiende y enseña a personas mayores para aprender a manejar las nuevas tecnologías. La enseñanza que él imparte implica una labor esencial para que personas de la tercera edad sean capaces de poder llevar a cabo tareas básicas en una sociedad que hoy en día está digitalizada casi al 100% en la mayoría de sus aspectos. En el ámbito bancario como punto de partida la exclusión de los mayores nace con el poco personal que hay en las sucursales y los horarios que existen para atender al público.
Por otro lado este reportaje ha querido analizar en profundidad la situación y entrevistar sobre el tema a un experto de sociología que pueda responder ante la situación con una perspectiva científica y de tal forma asegurar como el entorno sociológico afecta positiva o negativamente a las personas de la tercera edad. Para ello se ha seleccionado a la profesora Roxana Popeilka de la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid.
La tecnología no apta para algunos mayores
A modo de conclusión, el mundo ha avanzado tecnológicamente en 20 años lo que no lo ha hecho en 200. Este ritmo no lo puede seguir todo el mundo, especialmente las personas mayores. A la hora de llevar a cabo las gestiones diarias, la tecnología se convierte en un factor excluyente para aquellos no nacidos en la era digital. Es por ello que a través de la opinión de un sociólogo y un docente de la fundación ACUMAF hemos podido analizar desde estas perspectivas a qué nivel afecta esta problemática a las personas mayores y de qué forma se puede amenizar esta situación con medidas o servicios que permitan adaptar la tecnología a las personas y no obligar a las personas a adaptarse a la tecnología.

Hombre mayor mirando un teléfono móvil