En la actual España cada vez es más común encontrarnos con los denominados “sisis”, aquellos jóvenes que al contrario de los “ninis”, sí estudian y sí trabajan.

A finales del pasado año, ya se concretó en 959.200 la cuantía de jóvenes que estudian y trabajan en España, según los resultados ofrecidos en la encuesta EPA del Instituto Nacional de Estadística, frente a los 805.400 jóvenes que ni estudian ni trabajan en España.

En 2019 un estudio de El País sobre los estudiantes universitarios que combinaban estudios y trabajo concluía en que dos de cada tres universitarios se encuentran en esta situación. Los expertos afirman que sin duda esto es contraproducente en muchos casos y perjudicial, ya que interfiere en los resultados académicos tal y como aseguran diversos análisis. Por ello es importante una responsabilidad, planificación y organización mayor de la que cualquier otro estudiante sin trabajo requiere. Así como una motivación y objetivo claros, sean los que sean, a la par que adaptar unos hábitos que le permitan llevar este ritmo de vida.

¿Cuáles son los motivos principales por los que los estudiantes compaginan su vida universitaria con una vida laboral?

Efectivamente por dinero, pero las causas más comunes a las que dedican ese dinero y que tienen la suficiente importancia para merecer el sacrificio que supone estudiar una carrera universitaria mientras trabajan son los siguientes: la simple y básica necesidad económica propia o familiar, el pago de alquileres, alimentos etc para los universitarios independizados, el pago de sus estudios, ya sea la matrícula de la universidad o de un curso de idiomas, del carnet de conducir o de un futuro máster, y por supuesto, ocio y placer (viajes, restaurantes, fiesta, ropa, tatuajes…).

Está claro que este hecho en mayor o menor medida resulta una dificultad añadida, por ello, poder compaginarlo tiene varios puntos comunes, claves para no “morir en el intento”.  En primer lugar, cuidar tu salud, si tomas la decisión de llevar una vida ajetreada y algo más estresante y cansada, controlar las horas de sueño, alimentación y diversión también es un aspecto fundamental para mantener el equilibrio entre mente y cuerpo. Otro punto imprescindible es hacer conocedores de esta situación a jefes y profesores, para una mayor organización y adaptabilidad, en cuanto a turnos, horarios, faltas de asistencia…  Ser consciente de tus limitaciones en cuanto a tiempo y energía, si decides trabajar, buscar un trabajo y unos turnos lo más cómodos posibles para sobrellevar la vida universitaria. Así como a la hora de estudiar o realizar tareas, es importante contar con el tiempo del que precisamente careces porque tienes que trabajar. 

Para Jorge Blanco, investigador de Sociología Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, tanto los sisis como los ninis son fenómenos creados por las mecánicas que marca el mercado laboral: “Tiene que haber sisis porque aunque tenemos un sistema universitario público, algunos alumnos deben trabajar para poder pagar sus estudios, y mientras, el sistema laboral exige trabajar a la vez que se estudia para adquirir una experiencia necesaria para que te contraten posteriormente”. El ciclo en el que se ven envueltos los alumnos, no es una coincidencia. Tal y como explica Jorge Blanco, la experiencia que te exige el mercado laboral nada más salir de unos estudios, no te la puede dar sino el trabajar a la misma vez. Lo mismo ocurre al revés: hay alumnos que para continuar con sus estudios, se ven obligados a tener que trabajar para poder salir al mercado laboral en un futuro, además de ganar cierta experiencia. Es un sistema que explica el número tan elevado de jóvenes que compaginan ambas cosas.

Un ejemplo concreto sobre esta situación, es Daniel Maanikov, que estudia interpretación a la vez que lo compagina con un trabajo de camarero. Ha venido desde Barcelona para estudiar, por lo que tiene que mantenerse económicamente en otra ciudad. Durante las noches, atiende en un restaurante para poder pagarse sus clases, y, durante el día, invierte sus horas en ensayos. La mayor dificultad con la que se encuentra es la falta de tiempo y la necesidad que tiene con respecto al trabajo. Según cuenta, sus jefes le facilitan, dentro de lo posible, el horario que mejor le podría cuadrar para compaginarlo con sus estudios. Además se muestra muy positivo con respecto a estar haciendo ambas cosas a la vez, puesto que para encontrar trabajo es más fácil que cuenten con una persona trabajadora, que compagina ambas, en lugar de alguien que únicamente trabaja. Sin embargo, no lo contempla como una opción a largo plazo, puesto que le consume mucho tiempo y energía, afectándole a la salud mental.

Desde el punto de vista de la empresa nos habla Alejandro Lastres, que trabaja en el área de recursos humanos en el sector automovilístico. Admite que las empresas ven a los jóvenes que estudian y trabajan al mismo tiempo como personas más organizadas.

Si bien, obviando las razones por las que los jóvenes optan por buscar ingresos mientras estudian y las complicaciones que esto les supone, es importante reconocer que este tipo de perfiles se ha convertido en notable y uno de los más buscados por y para las empresas. Pues encuentran en este grupo de “sisis” aparentemente, una imagen más productiva, comprometida e independiente.