Uno de cada cinco españoles realiza su trabajo desde casa, una tendencia que desde la pandemia va en aumento y promete quedarse durante mucho tiempo.
En marzo de 2020 se declaraba el brote de coronavirus como una pandemia e instó a todo el mundo a enfrentar este problema con medidas drásticas como el confinamiento, y la obligatoriedad de quedarse en casa.
A raíz de la gravedad del problema, se produjeron rigurosos cambios en la vida de todos pero en el mundo laboral ha sido dónde más transformaciones se han observado debido a las tecnologías, que han avanzado y se han desarrollado a medida que la crisis seguía. Por ello, las condiciones de algunas empresas y trabajadores, siempre que sus funciones se lo permitieran, tuvieron que cambiar ya que el desempeño de sus funciones se modificaron de lugar al de sus hogares. A esto se le define como teletrabajo ya que conlleva un trabajo realizado con la ayuda de las TIC y fuera de las instalaciones de su empleo.
¿Qué hay de la existencia del teletrabajo antes del Covid? En muchas empresas como el Grupo Noria, nunca ha existido este formato. De hecho, algunos de sus empleados ni siquiera han podido llevarlo a cabo pues sus funciones requerían de su presencia en la oficina. Su durabilidad no se ha prolongado más allá del periodo de confinamiento, sin embargo otras empresas del mismo sector si han optado por implementar la bimodalidad híbrida y presencial.
Este cambio se implementó repentinamente en las empresas, por lo que su ejecución se caracterizó por la improvisación y la incertidumbre del momento. La aplicación del formato no tenía una fecha de caducidad conocida. Las empresas tenían que facilitar todo el material necesario a su plantilla, para que el trabajo pudiera desarrollarse con normalidad desde su casa. Esto implica aportar materiales tecnológicos, como ordenadores, impresoras, teléfonos, u ofrecer servicio a la red, para una conexión wifi.
Un estudio de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), tras analizar la experiencia de los trabajadores de la empresa china Ctrip, afirma que hubo un incremento de productividad en sus tareas, esto es debido a la ausencia de pausas, y al ahorro en desplazamientos, que suponen una pérdida de tiempo bastante alta. Una de nuestras entrevistadas, Patricia Martín, objeta que en algún caso, su empresa sí experimentó una disminución de la productividad en empleados.
Una encuesta de Microsoft a sus empleados indica una mejora en los sentimientos de inclusión y el apoyo mostrado por parte de los directivos, esto refleja la importancia de la flexibilidad en la comunicación con la dirección.
Es importante también atender a la ciberseguridad de los equipos de los trabajadores en sus casas, pues se han visto más comprometidos con ello en esta etapa de tiempo. Ya que la exposición ha sido mayor.
El teletrabajo no implica una mayor destreza o exigencia, pues el trabajo es íntegramente el mismo. Pero los factores externos sí pueden repercutir en la productividad del trabajador, y avalar positivamente su desempeño de tareas, o por el contrario dificultar. Estar fuera del ambiente laboral puede ser un problema para muchos, causas cómo la desmotivación o estar privado de este entorno social de trabajo. Esta falta de comunicación directa también puede ser un contratiempo en cuanto a la rapidez para resolver dudas o problemas.
Sin dejar a un lado las distracciones que este mismo efecto puede ocasionar. Descansos más largos por la interacción con compañeros o distracción en las tareas por los imprevistos que puedan surgir a otro, y que repercutan en tu trabajo.
En España, es una obviedad que el teletrabajo es un modelo que ha llegado para quedarse. A principios de 2019 menos del 8% de la población ocupada trabajaba desde su casa. Ahora, según dos estudios de ‘epdata’ las cifras se han doblado situándose en un 16% de los trabajadores aquellos que desempeñan su labor de forma telemática. Además, todo apunta que cerraremos el año superando el 20% en esta faceta.
Los nativos digitales se sienten muy cómodos a la hora de emplear las nuevas tecnologías en su trabajo. Pero sorprendentemente los jóvenes no están siendo los más empleados desde el hogar. Según estadísticas recogidas por el INE los trabajadores de 16 a 24 años son los que más desempeñan su labor de forma presencial, solo un 8.3% lo hace desde casa. De hecho, los empleados entre 55 y 65 superan a los más jóvenes con un 14.6% de teletrabajadores respecto a la ocupación total en esa franja. La población activa que más trabaja de forma telemática es la comprendida entre los 35 y 44 años (17%), lo que según los expertos en la materia tiene que ver con la conciliación familiar, dado que son el colectivo más propenso a tener menores y dependientes.
Por otro lado, según ha manifestado Randstad en un estudio reciente, la mayor parte de los teletrabajadores son empleados que realizan funciones técnicas, científicas e intelectuales. Este tipo de empleo suponen más de la mitad de los teletrabajadores de España. Y lo hace además con una considerable diferencia, ya que los siguientes en este aspecto son los contables, administrativos y empleados de oficina que son poco más del 20% de los teletrabajadores. Por último, esta modalidad también ha tenido su éxito en profesionales de apoyo, directores y gerentes.
En lo que respecta a los países mediterráneos han estado bastante por debajo de la media del resto de los europeos. Evidentemente, mucho tiene que ver con que el turismo y el sector servicios en general sea la actividad por excelencia de nuestro país, que está hasta cinco puntos por debajo del promedio de la Unión Europea (21%) en cuanto a población activa que teletrabaja, según datos de la Encuesta de Población Activa. Los países punteros se encuentran en su mayoría en el norte de Europa, siendo Suecia la que lidera este ranking. Y es que cuatro de cada 10 suecos que trabajan lo hacen desde su hogar. Pero también ocurre algo muy semejante en España, donde la comunidad autónoma que más depende del turismo, como son las Islas Canarias, es la que menos ha crecido en este aspecto.
En conclusión, el teletrabajo ha llegado para quedarse. Evidentemente hay muchos casos diversos, modalidades mixtas y distintas formas de afrontar el mismo. No todo son efectos positivos. Cada persona es un mundo, pero por lo general somos animales sociales y la pérdida de contacto con los compañeros no solo te distancia de la realidad, sino que también te hace difuminar los límites entre el trabajo y el hogar. Según un informe de la OCDE los teletrabajadores están requeridos en su actividad laboral en horas diferentes al resto de compañeros. Todos estos factores empujan a los teletrabajadores al desapego con su empresa, pero también a la ansiedad, al estrés e incluso a los problemas de sueño.