Tras la pandemia que vivimos en el 2020, el Covid 19, el ocio nocturno y el sector de la hostelería han tenido un gran descenso de ganancias ya que la pandemia obligó a que esos establecimientos cerrasen.

Esta situación supuso el caos para miles de negocios que no podían hacerse cargo ni mantener los mismos por todas las pérdidas económicas que se desencadenaron.
Al finalizar el aislamiento y comenzar poco a poco a la vida normal, estos negocios tuvieron que abrir con condiciones totalmente nuevas como un número limitado de aforo, lo que hizo que se sumarán pérdidas a lo ya ocurrido. Todo esto ha llevado a una inflación de precios por parte de estos establecimientos para recuperar todas las pérdidas que sufrieron durante ese año.
Un estudio realizado por la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos España de Noche, refleja que los 4.933 locales cerrados representan el 29 % de los 16.500 que existían en marzo de 2020. Además, señala que la caída en la facturación del ocio nocturno está cifrada en más de 16.800 millones de euros tras las restricciones impuestas hace más de un año para limitar la transmisión de la Covid-19.

Salir de fiesta por Madrid cada vez se hace más complicado. A las largas colas que se forman en la puerta de los locales de ocio, ahora hay que añadir los precios elevados de la entrada y las consumiciones. El confinamiento ha multiplicado las ganas de salir de la mayor parte de la población, sin embargo, debido a los precios tan altos, los jóvenes, principal perfil que más consume el ocio nocturno, se han visto en la obligación de tomar en la calle o como lo denomina las autoridades, el incremento de los botellones en la calle. Debido a esto la Policía Municipal de Madrid ha propuesto más de 974 sanciones por consumo de alcohol en vía pública en un solo fin de semana. Por otro lado, tras la gran inflación del ocio nocturno, muchos se preguntan si esto se trata de una recuperación de lo perdido en la pandemia o es un robo.