Hoy en día, y gracias a la hiperconectividad que nos brinda nuestro presente, cada vez son más las personas que deciden dejar de lado su vida -hasta entonces tradicional- para apostar por un estilo de vida alternativo, donde la libertad y la movilidad imperan sobre el resto de factores diarios.

El nomadismo digital es un término que cada vez se va haciendo un hueco en la sociedad. No obstante, tratar de definir este concepto suele ser una tarea compleja, ya que el nomadismo en la era digital conlleva una serie de acciones y hábitos que varían según la persona. Entonces, ¿qué es y en qué consiste la figura del nómada digital?

Carles Navarro creador del podcast «Nómada Digital»

Aunque siempre ha existido la figura del viajero, aquel que voluntariamente decide recorrer y explorar el mundo, no es hasta el inicio de la primera década del siglo XXI cuando este término comienza a calar, cada vez con mayor peso, en la sociedad global. El nomadismo digital es una forma de vida alternativa a la convencional ya que trata de complementar la condición laboral con la personal, es decir, viajar y trabajar al unísono, con una libertad geográfica para llevar a cabo tus acciones diarias jamás vista con anterioridad.

Un estilo de vida alternativo con más seguidores cada día

Gracias, hace dos décadas, a la consolidación de Internet en cada uno de los aspectos de nuestras vidas, el nomadismo digital ha conseguido, no sólo hacerse un hueco en nuestra sociedad, sino calar en la mente de muchas personas y establecerse como una forma de vida más que clara. No obstante, conviene no caer en el tópico y establecer un paralelismo entre ‘nómada digital’ y ‘vacaciones’. Las publicaciones que observamos continuamente en las redes sociales sobre personas que trabajan con sus ordenadores portátiles frente a una playa paradisíaca o en un entorno natural rodeado de altas y verdes montañas suele ser, en su gran mayoría, más un fruto de la publicidad que de la realidad del nomadismo digital.

Y es que esta forma de vida alternativa a la convencional no es para nada idílica en todos sus aspectos ya que, por ejemplo, los nómadas digitales deben buscar un lugar con una buena conexión Wi-Fi, así como aquellos espacios públicos donde esté permitido, tanto acampar como pernoctar (siempre y cuando vivas y viajes en una autocaravana o en una furgoneta camper). No obstante, la mayor barrera que se suelen encontrar aquellos que llevan el nomadismo digital por bandera suele estar más enfocada a la productividad y al respeto de un horario donde desarrollar la actividad profesional.

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No obstante, otra de las maneras más frecuentes para llevar un estilo de vida nómada, digitalmente hablando, es recurrir a las minicasas, una apuesta clara para aquellos que llevan intrínseco el gen viajero.

Las minicasas, una opción a la vida nómada

Las minicasas son hogares de tamaño muy reducido, lo suficiente como para vivir en él con todo lo necesario (y básico), que buscan la comodidad sin tener que echar a perder la sostenibilidad. De esta manera, algunas de las características en común que cumplen todas estas casas son las relativas al tamaño, las funcionalidades o el precio, además de coincidir en su diseño, más moderno y con un mejor aprovechamiento del espacio que una casa tradicional.

Actualmente, el mercado de las minicasas está en auge, lo que repercute directamente en la diferente tipología que existe en la actualidad en cuanto a esta forma de vida alternativa. Los diferentes modelos existentes son las casas móviles (pequeñas casas construidas sobre una estructura que integre ruedas, como un remolque), las casas autoconstruidas (donde con un poco de maña y con la correcta utilización de las herramientas necesarias cualquier persona puede crear su propio hogar, suponiendo un claro ahorro económico), y las prefabricadas (ideadas por empresas y destinadas a permanecer en un mismo lugar).

El boom de las minicasas

El boom de vivir en casas de poca amplitud nació por una necesidad, como ocurre con todo. Nació por la necesidad de los jóvenes japoneses en los años 80 de querer independizarse de sus padres, pero como los precios de la vivienda en las ciudades eran muy altos y poco asequibles a esa edad, tuvieron que moverse hacia las afueras y convivir en casas más pequeñas y asequibles.

De esta manera, se le atribuye a Japón los inicios de esta costumbre, algo que ha ido extendiéndose por el mundo y sigue siendo una moda en ese país y alrededores, como también ocurre en Corea del Sur.

En cuanto a Estados Unidos se refiere, el movimiento de las mini casas o ‘tiny houses’ se atribuye al libro de la arquitecta Sarah Susanka The Not So Big House (la no tan grande casa), lanzado a finales de la década de 1990 y que explica las ventajas de vivir en estos pequeños hogares. Su influencia afectó a Jay Schafer que, en 1997, sufrió la necesidad de vivir en un espacio en el que solo cupiesen los objetos más básicos para llevar una buena vida como los utensilios de cocina e higiene básicos, electrodomésticos y él mismo.

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La normativa actual

No obstante, en este punto, es de vital importancia mencionar la normativa española que atañe a las minicasas, según el propio Código Civil. De esta manera, el artículo 335 especifica que los bienes muebles son aquellos que “se pueden transportar de un punto a otro sin menoscabo de la cosa inmueble (disminuir) a la que estuvieren unidos”, por lo que es importante tener en cuenta si la minicasa que quieres es móvil o no.

Asimismo, el artículo 334 del mismo código se refiere a los bienes inmuebles como “tierras, edificios, caminos y construcciones de todo género adheridas al suelo”. En el caso de los bienes muebles, si tu casa se puede remolcar, hay un vacío legal que depende de la comunidad o de la regulación impuestas para las caravanas.

Además, un requisito imprescindible para poder manejar las minicasas es poseer la licencia de conducción de los permisos B96 o B+E. Mientras que con el permiso B96 el peso del turismo y el remolque no podrá superar los 4.250 kg (el vehículo puede pesar hasta 3.500 kg y el remolque puede superar los 750 kg), el permiso B+E señala que El conjunto de la MMA del coche y la caravana pueden pesar entre 4.250 kg y 7.000 kg.

Sin embargo, el permiso B de conducción, aquel con el que puedes conducir cualquier coche, señala que la masa máxima autorizada (MMA) del remolque tiene que ser igual o menor a 750 kg y la MMA del conjunto debe ser igual o menor a 4.250 kg. Como cualquier normativa vigente, esta suele ser algo tediosa de leer y comprender, pero conviene tenerla siempre presente para evitar cualquier tipo de infracción que se convierta en una multa.

Está claro que el mundo evoluciona y, con ello, la manera en la que cada vez más gente decide vivir y trabajar. El nomadismo digital y las minicasas es una clara tendencia que conviene no dejar de lado ya que, quién sabe, esta pueda ser la forma dominante de vida en el futuro. Y tú, ¿te atreves a adentrarte dentro del maravilloso mundo del nomadismo digital?