Deportivamente España ha vivido una evolución en los últimos años que se ha traducido en grandes resultados con triunfos en diferentes modalidades que han alzado al país a la élite. Hay un gran número de deportistas españoles que son mundialmente conocidos y que, incluso, han conseguido que no solo se les idolatre en su propio país, sino que también acumulen fans de diversos lugares. Sin duda, uno de los países que siempre ha mantenido en la élite deportiva es Estados Unidos. Siempre teniendo en cuenta que hay una cultura muy marcada, algo que ampliaremos a lo largo del reportaje, vamos a analizar los modelos desde los que salen esas futuras estrellas estudiando cómo se trabaja en la universidad española y en la estadounidense.
Hay que partir de que en España, la figura del club deportivo tiende a estar muy separada del sistema universitario, justo al contrario que en el país norteamericano donde lo que aquí conocemos como cantera, allí la manera de progresar es a través del sistema educativo. Sergio Prieto, estudiante español becado en la universidad Alderson Broaddus de Estados Unidos, juega al soccer, así es como se conoce el fútbol europeo allí, y marca de forma notoria esta diferencia de la que hablamos. “Después de que una agencia se interesase por mí, empezaron a enviar mis vídeos a las diferentes universidades estadounidenses de forma que cada una me ofrecía una beca con unas condiciones determinadas”, comenta el portero.
En este aspecto es muy relevante lo que contaba sobre cómo les pedían que se centrasen principalmente en el deporte, priorizándolo por delante de los estudios. “Ellos pueden reducirte la beca si no rindes, como también pueden incrementártela si rindes mejor de lo esperado, no te exigen un nivel académico solamente un nivel deportivo”, aclaraba el joven futbolista con la misma cara de asombro que seguramente se le quedó cuando le dicen esto en su universidad. Por otra parte es entendible debido a los largos viajes que realizan para competir semanalmente en los que nos contaba que “lo normal es perder clases y no tiene ninguna consecuencia”.
En España las universidades también tienen sus propios clubes deportivos, los cuales suelen estar divididos por facultades. En la de Geológicas de la Universidad Complutense, Nacho de la Cruz nos habla de cómo es la liga de baloncesto en la que ellos compiten. “Nuestro equipo compite contra otras facultades, pero existe la posibilidad de que el equipo de la universidad te reclute y empieces a jugar contra otras universidades”, comentaba el pívot. A diferencia de Sergio, Nacho no recibe ninguna ayuda económica por practicar un deporte para la facultad. De hecho, el estudiante de geología se congratula de que “por lo menos no tenemos que pagar las pistas para entrenar”.
En ese aspecto hay una notoria diferencia entre Estados Unidos y España. Las instalaciones son el gran aspecto negativo que Nacho pone en tela de juicio dentro del sistema deportivo universitario. “Por fortuna, hace poco han restaurado la pista donde entrenamos habitualmente, pero algunos compañeros han tenido problemas físicos por el estado de las instalaciones”, argumentaba el joven madrileño. En Estados Unidos, según cuenta Sergio, la sensación es completamente opuesta ya que “por ejemplo, el césped artificial de nuestro campo de entrenamiento lo cuidan semanalmente”.
Pero si en algo coinciden los dos es que en el ambiente en el que viven sus respectivos deportes es positivo. “Mi experiencia en el baloncesto universitario es muy positiva ya que conoces a mucha gente y por lo general se transmite un ambiente muy agradable”, cuenta Nacho con unos argumentos muchos más austeros que los que expuso Sergio. “Todo el mundo se identifica con la universidad, por lo que durante los partidos he llegado a tener 3.000 personas viéndome y eso que es una universidad pequeña”, comentaba el español residente en Estados Unidos.
En cuanto al nivel deportivo, la diferencia es muy grande. El jugador del equipo de Geológicas de baloncesto exponía que “hay buen nivel, pero hay unos extremos muy grandes, algunos jugadores sí podrían ser profesionales y son los que dan realmente un nivel a la competición”. En cambio, Sergio Prieto argumentaba que “hay diferentes divisiones dependiendo de lo grandes que sean las universidades o del nivel académico que tengan”, diferenciándose entre ellas ya que “hay algunas divisiones que son más fuertes en unos deportes y otras en otros, pero generalmente hay un alto nivel, solo hay que ver la cobertura que tienen estos deportes”.
Este último aspecto quizás es muy definitorio para establecer las diferencias entre un modelo y otro. En Estados Unidos hay incluso canales de televisión que cubren todo tipo de eventos deportivos universitarios, algo que les da una mayor importancia a las propias universidades de cara a que inviertan en educación deportiva de calidad. Los dos entrevistados señalan la importancia de un cambio de mentalidad en España para conseguir un modelo tan efectivo como el norteamericano y es que la situación en la que se encuentra el deporte universitario estadounidense viene de un arraigo cultural con muchos años de calado.
Mientras los éxitos sigan llegando en nuestro país, parece muy complicado que se trate de avanzar a la hora de abrir una vía nueva para que las universidades comiencen a ser referentes deportivos. Más complicado se antoja teniendo en cuenta la situación económica tanto de la educación pública como del país en general, algo que también está afectando al sector privado donde muchos clubes desaparecen por estos motivos. Quizás esto podría ser una oportunidad para el cambio y que desde el mundo de la educación se apueste por impulsar un proyecto deportivo a nivel nacional con los recursos limitados para que esto fuese la semilla de un modelo tan increíble como el de Estados Unidos.