Los jóvenes frente a la situación del alquiler en España, un panorama desolador

La situación del alquiler está empeorando cada vez más en España, pese a que hay algunas medidas supletorias que parchean un poco la situación, como las ayudas al alquiler, el problema es estructural, pues cada vez la situación empeora y va a más. El problema en España es que somos un país muy turístico, por lo que los caseros y los fondos de inversión muchas veces ven como más rentable alquilar a turistas o subir el alquiler en busca del máximo que la demanda pueda ofrecer, pero claro este planteamiento puede ser muy bueno para los que tienen casas para alquilar, seguro que es un buen negocio, pero a todos los que están por debajo de ese nivel (es decir, la mayoría de los españoles) esta práctica les empuja cada vez más para abajo; como se puede apreciar, dado que el alquiler es el principal factor de empobrecimiento de las familias de renta baja, lo cual ha supuesto un aumento en los desahucios, la mayoría por impago del alquiler.

Los factores que nos han llevado a esta situación son muchos y no alcanzamos a enumerarlos todos, pero analizando los datos se pueden apreciar algunos de los más determinantes. La demanda creciente de alquiler, sumado a la oferta menguante que se redirije al turismo sumado a la presión especulativa de los fondos de inversión, acompañando a estos está la caída de poder adquisitivo general de las familias, por la inflación y otros factores, el poco poder adquisitivo de los jóvenes, que es bastante inherente a su condición de jóvenes.

Evolución de la situación en los últimos tiempos

En el último año los precios del alquiler con la rebaja de la pandemia y la vuelta del turismo han aumentado un 10%, en algunos casos en zonas especialmente turísticas han llegado a aumentar un 30%, esto no sólo pasa en ciudades grandes por «causas naturales», sino que lo que hace el turismo es que las ciudades pequeñas y medianas (de menos de 50.000 habitantes) también se vean afectadas. Para poner un ejemplo más tangible y más sonado, Barcelona, desde el 2000 hasta hoy en la ciudad catalana los precios de la vivienda se han duplicado, mientras que los ingresos de las familias sólo han aumentado un 33%. Pero el dato más ejemplificador y paradigmático de este panorama habitacional es que cuatro de cada diez españoles dedican un 40% de sus ingresos a la vivienda, casi la mitad.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

El problema del alquiler es que es un lastre que merma indefinidamente la capacidad adquisitiva de los individuos, sumado a su volatilidad y liquidez del mercado, como estamos viendo da bandazos. Desde el gobierno no se han tomado (nunca) las medidas suficientes para frenar este problema estructural, ni atacándolo de forma directa e indirecta aún menos. Se han desaprovechado y derrochado oportunidades para atajar significativamente el problema; en algunos casos malvendiendo la vivienda pública y en otros no transformando vivienda en vivienda pública cuando hubo la ocasión, por ejemplo en los rescates a las cajas de ahorro. Todo esto, claramente, se vuelve hoy en nuestra contra.

Pero parece que la situación está cambiando, el alquiler ya lleva un tiempo afianzado en el debate público, vemos cómo vecinos toman medidas, como Portugal con su estrategia de realquilar desde el Estado viviendas volviéndolas así públicas. Y en los últimos meses hemos visto cómo desde el Gobierno en precampaña se han prometido 50.000 viviendas públicas, pero que tardarán tiempo en construirse, y otras 42.000 que se financiarán con fondos europeos. Por otro lado la oposición también se ha puesto al día, proponiendo Feijoo ayudas directas de 1000 euros al alquiler. Pero a pesar de estos anuncios, como decíamos al principio, el problema es estructural, por mucho que se parchee.