EL QUISTE DEL PARO EN ESPAÑA
Italia, Grecia, Portugal, Lituania, Suiza, y, cómo no, España. Todas las épocas vienen marcadas por una gran crisis, por problemas que han tenido que ir superando las diferentes generaciones, pero ninguna como esta. Los nativos digitales nos encontramos con uno de los estigmas sociales más grandes de estas dos últimas décadas; el desempleo juvenil.
Estudiar, aprender, practicar, todo con un ritmo constante y acelerado que no da tiempo a valorar otras posibilidades. Los jóvenes tenemos que nacer preparados para todo lo que venga, no hay un pequeño margen para adaptarse al nuevo mundo, porque el que se quede el último es el que pierde en una sociedad tan competitiva. Y cierto es, que nuestros padres, abuelos, bisabuelos, todos han tenido que emigrar, que trabajar desde muy jóvenes para poder sobrevivir. Estas generaciones tan bien preparadas, tan cualificadas, son las que más van a sufrir en un mercado laboral tan dormido.
Se abren los diarios y se ven las comparativas, España es el país que más interiorizado tiene este problema, a pesar del esfuerzo de los Gobiernos, esto no es suficiente. Todos los países mediterráneos se dan la mano, pero ninguno ha conseguido, hasta la fecha, superar el 30% de desempleo en menores de 24 años. Estos datos no alientan demasiado a todos esos jóvenes licenciados, en búsqueda activa de trabajo y, en muchas ocasiones, sin experiencia laboral. Así es cómo se tienen que abrir paso y buscar medidas que no se les facilitan. Buscamos los ejemplos, los analizamos con la esperanza de encontrar algo alentador, pero es la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la que muestra sin tapujos cómo en septiembre del 2021 los datos de España solo los superaba Costa Rica.
Muchos son los expertos que analizan estos datos buscando soluciones viables, una de ellos es Vanesa Sánchez, experta en recursos humanos que trata de explicarnos de forma breve una de las realidades más preocupantes de la actualidad en España.
Las recuperaciones de las que habla este actual gobierno no han conseguido revertir esta situación, es un problema que se aferra, que no suelta a los futuros profesionales. Esta cadena parece alargarse año tras año, buscando alguna vía de escape; no obstante, la única solución que se ha ido viendo es la famosa »fuga de cerebros».

Fuente: Diario Expansión
Los datos de la agencia estadística europea cuentan que el paro ha bajado un 30% desde 2008. La tasa es la segunda más alta después de Grecia que contiene un 39,1% y se encuentra muy por encima de la media de la Eurozona que está en 15,5%.
En Europa se localizan 14 millones de desempleados, de los que 3 millones son menores de 25 años. España ha pasado por varias cifras, pero la más alta fue en el 2013 que se mantuvo con un 55,5% de la población sin empleo. Se volvió a recuperar, gracias al aumento económico del país. Años más tarde en el 2020, con la pandemia se volvieron a disparar los desempleos hasta llegar al 38,3%.
La última cifra aportada es del mes de noviembre, se ha reducido unos 11 puntos comparándolo con el año anterior. Por lo tanto, se pasa de 581.000 jóvenes a 493.000 de desempleados en el país.
Datos alarmantes, datos que asustan al ser analizados, pero que pasan desapercibidos en esta nueva normalidad. ¿Cómo se tomará un joven promedio esto? De qué manera afrontar que casi un cuarto de millón de españoles entre 16 y 25 años han tenido que regresar a casa de sus padres desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Porque es cierto, la pandemia es un agravante más que daña el tejido económico de cada país, siendo España uno de estos. Tal y como recoge por ejemplo, la Agencia Efe con este vídeo en el que se explican las causas y las consecuencias de todo esto que tienen que sobrellevar los jóvenes.
Crisis tras crisis se ignora una problemática como esta, y no es algo que en la actualidad vaya a cambiar, tan solo hay que pensar en las consecuencias del conflicto entre Ucrania y Rusia, una constante que puede arrasar con muchos más jóvenes europeos. Tal y como decía el filósofo Javier Gomá, »tenemos fantásticos ingenieros, pero poco trabajo para estos mismos».
La sociología es una de las ramas que mejor puede entender los engranajes de este sistema, contextualizar la problemática que acosa a millones de jóvenes españoles. Para esto hemos entrevistado a Manuel Blanco, un sociólogo joven que sabe cómo funciona la naturaleza de los empleos.
Fuga de cerebros
La famosa expresión que tan viral se ha hecho estos últimos años, a pesar de ser algo que tantos siglos ha estado marcando a nuestro país, también conocida como migración altamente cualificada (MAC). Esta alternativa que poco nos hace progresar, puesto que España y su educación prepara a millones de estudiantes cada año, invierte en estos ‘cerebros’ que más tarde se ven en la obligación de marcharse del país en busca de otras oportunidades laborales. ¿Estamos dejando al país sin profesionales? Esta es la pregunta que todos debemos hacernos, las inversiones millonarias que anualmente se hacen, también se acaban perdiendo.

Fuente: página web «Red Mexicana»
Es un hecho, desde hace años y hasta ahora en la actualidad, España es uno de los países con los peores datos en cuanto a la inserción laboral de titulados universitarios se refiere. Para que veamos esto con mejor claridad, ponemos de ejemplo este estudio de la INE (Instituto Nacional de Estadística) que recoge los siguientes datos entre los años 2015-2019: la tasa de paro cuatro años después de graduarse se situaba en el 8,0%. El desempleo afectaba más a las mujeres (8,8%) frente a los hombres (7,0%). En cuanto a la edad, en los hombres el desempleo afectaba más a los más jóvenes (7,7% en los menores de 30 años) y en las mujeres al grupo de edad de 30 a 34 años (9,6%). Respecto a los que estaban en situación de inactividad, 65,6% de mujeres y 70,2% de hombres continuaba estudiando cuatro años después de haber terminado los estudios.
Por lo que está claro, tanto hombres como mujeres con títulos universitarios puede estar años sin encontrar un empleo estable, aunque en este país la cifra más afectada sea la de las mujeres, tampoco existe mucha diferencia entre ambos sexos. Además, muchos de estos titulados universitarios no tienen más opción que continuar sumando estudios a su currículum hasta que pueden encontrar un trabajo, por lo que ahí los jóvenes nos enfrentamos a otro problema: qué hacer durante el tiempo que estamos sin encontrar trabajo. La gran solución para muchos es seguir estudiando, sea lo que sea, para así añadir más formación a nuestro currículum.
Para eso hemos salido a la calle a preguntar a los jóvenes estudiantes sobre su futuro, sobre los estudios que, lamentablemente, no aseguran un empleo estable. Estos son sus testimonios.
Pero, ¿a dónde nos llevará todo este alto nivel de desempleo juvenil?, ¿qué futuro le espera a las nuevas generaciones que están formándose ahora mismo? Tan solo el tiempo lo dirá, lo que nos queda claro es que España necesita mejoras en este sentido ya que son los jóvenes los que tienen como objetivo intentar sacar el país adelante para no volver a caer en una gran crisis en el sector del trabajo.