El consumo de alcohol es una de las conductas más relevantes en la adolescencia al ser el primer consumo, siendo generalmente un fuerte indicador para el posterior consumo de otras sustancias como el tabaco. Con la edad suele aumentar el porcentaje de adolescentes que lo han probado, de forma que a los 15 años el 80% ya lo había consumido. El contexto de consumo suele estar relacionado con lugares de reunión con amistades, fiestas, pubs o discotecas. En la mayoría de los casos el consumo de alcohol y tabaco suele estar relacionado en ambientes vinculados al disfrute, ocio y tiempo libre.
La experimentación, la frecuencia de consumo y la embriaguez alcanzan tasas más altas en los chicos, aunque en los últimos años existe una tendencia de homogenización en los niveles de consumo de chicas y chicos. Los problemas asociados al consumo excesivo de alcohol y tabaco son variados según el contexto y la situación que queramos analizar. Destacamos consecuencias relacionadas con la salud, sexualidad no planificada, accidentes de tráfico, agresividad, problemas legales (peleas, robos o vandalismo), problemas afectivos, suicido y consumo de otras drogas. Y a todo esto, ¿con qué frecuencia consumen estas sustancias los jóvenes?
El botellón es una expresión paradigmática española que hace referencia al beber concentrado. Los jóvenes tienden a beber en lugares públicos, ya sea bares o discotecas, en las calles o plazas o resulta muy común el “pre-drinking”, concepto relacionado con la forma de beber que empieza en casa antes de salir por la noche. Esta nueva tendencia social reciente se ha desarrollado principalmente en los más jóvenes que sufren recursos económicos. Todas estas formas de beber públicamente resultan comunes en toda Europa. Aunque podríamos decir que en España con el caso de los botellones se han superado todas las expectativas. Existen varias preocupaciones desde la perspectiva de salud pública con esta situación.
A continuación, presentamos a Pino Lorenzo López, psicóloga sanitaria licenciada por la Universidad Complutense de Madrid y psicoanalista por la Escuela de psicoanálisis Grupo Cero. Nos aclarará desde una mirada experta, el porqué del consumo temprano de alcohol en España, así como las medidas que debería de tomar la Administración Central para mitigar este grave problema social.
Los jóvenes asocian este fenómeno como aspectos culturales positivos que lo viven como una creación expresamente suya y que en cierta parte muchos de los adultos apoyan o justifican. Un paso atrás, sin quererlo, hacia la emancipación y la autonomía personal de los casi adultos. Hablamos de un hecho que está disfrazando cada vez más la inmersión de los jóvenes en una economía consumista que les seduce y por tanto los atrapa orientándolos hacia estilos de vida con unas consecuencias sociales de altura como puede ser la desigualdad o las frustraciones.
Los botellones no dejan de ser un recurso cultural para los jóvenes donde el principal objetivo es beber alcohol. Fenómeno social complejo que cumple distintas funciones socializadoras y reivindicativas. Aunque debemos de decir que está desactivando las medidas preventivas que se han consolidado como las más efectivas para el control del consumo excesivo de alcohol, como pueden ser disminuir su accesibilidad, aumentar los precios al igual que controlar el acceso de los menores. Y ahora nos preguntamos ¿qué medidas deberían tomar los altos cargos para paliar el consumo excesivo de los jóvenes?
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) los varones entre 25 a 44 años son los que más consumen alcohol en general. Actualmente, las mujeres se encuentran muy a la par en números de consumo con el sexo contrario. Los hombres de 45 a 65 años son los que más beben alcohol a diario confirmando una gran diferencia con las mujeres de 45 a 65 años que apenas beber alcohol todos los días. La Encuesta Domiciliaria sobre Abuso de Drogas (EDADES) y la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas Enseñanzas Secundarias (ESTUDES) muestran que el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en nuestro país.