El movimiento vegetariano tiene sus orígenes en la antigüedad clásica con filósofos que ya lo practicaban como Platón, Séneca o Pitágoras. A medida que la sociedad ha ido evolucionando, el concepto se ha ido actualizando. 

El vegetarianismo moderno que conocemos en la actualidad se remonta al siglo XIX, concretamente a 1847 con la fundación de la primera asociación vegetariana en el mundo, The Vegetarian Society of the United Kingdom. Según la International Vegetarian Union se define como “un estilo de vida basado en una dieta compuesta por alimentos de origen vegetal con o sin lácteos, huevos y/o miel”. Según los alimentos que aceptan en su dieta puede dividirse según The Academy of Nutrition and Dietetics en ovo-lacto-vegetarianos (huevos, lácteos y miel), lacto-vegetarianos (lácteos y miel) y ovo-vegetarianos (huevos y miel). 

El veganismo surge en 1944 con la fundación de The Vegan Society como una aproximación más radical al concepto de vegetarianismo, definido como “una forma de vivir en la que se busca excluir, tanto como sea posible y practicable, todas las formas de explotación de, y crueldad hacia, los animales para la comida, vestimenta u otro propósito”. Según las prácticas que llevan a cabo que no tienen por qué identificarse únicamente con la supresión de la carne en su dieta, Christel L. Larsson distingue entre conformistas (no convencidos y copian de otros), organizados (convencidas y consideran a los animales como al hombre) e individualistas (convencidos y sin necesidad de asociarse con otros veganos).  

En España, estos fenómenos no cobran su madurez hasta 2002, momento en el que empiezan a crearse las primeras organizaciones o partidos animalistas como Igualdad Animal o PACMA. 

Desde los orígenes de ambos conceptos se ha cometido el error de tratarlos como un igual cuando es más conveniente estudiar las dos corrientes por separado. Aunque ambos movimientos tienen como punto de partida la defensa de la libertad y la vida de los animales, las acciones que se emprenden en cada movimiento para luchar contra el maltrato y la explotación animal son distintas. Mientras que los vegetarianos expresan su rechazo hacia los productos de origen animal en la alimentación, los veganos lo extienden a todos los ámbitos de la vida (ropa, cosméticos, medicina, entretenimiento…). 

Zigor Yubero, que sigue una dieta vegetariana desde hace poco más de un año, y Alicia Alonso, vegana desde hace año y medio, nos exponen los motivos que les llevaron a adentrarse en estos movimientos, dejándonos claro que estos conceptos realmente abarcan bastante más que una simple dieta.

 

Aunque el vegetarianismo y el veganismo son conocidos como tipos de alimentación, hay que añadir que, si bien son más populares por ello, representan mucho más allá del comer; algo que hemos podido observar en los testimonios anteriores. Ambos conceptos podríamos definirnos como filosofías de vida, los cuales no solo se presentan en la manera de alimentación sino en el día a día a partir de muchas otras acciones.

El vegetarianismo sigue el principio de dejar de consumir cualquier tipo de carne, pero con frecuencia esta dieta adopta un estilo de vida como una alimentación más ecológica y responsable. Es decir, las personas que siguen una dieta vegetariana asiduamente consumen productos de origen animal, como huevos o leche, que se basen en el respeto y la responsabilidad con el medioambiente.

El veganismo surgió desde el principio como un estilo de vida y no solo como un tipo de dieta alimentaria, ya que se basa en el conjunto de las acciones y no solo en la comida. Esta filosofía de vida se fundamenta en la abstención del uso de productos y servicios de origen animal en todos los ámbitos, incluyendo la alimentación, la vestimenta, los cosméticos, etcétera; buscando excluir todas las formas de explotación y crueldad hacia los animales. Es una ideología que se apoya en el respeto por el medioambiente y por los animales, así también por la ética y por la salud.

Ambas corrientes filosóficas son expresiones que sirven para describir ideas y actitudes que forman parte de la vida de las personas que siguen estas corrientes. Ser una persona vegetariana o vegana es mucho más que solo una dieta; estos conceptos abarcan ideas, actitudes y pensamientos, que en su conjunto forman un estilo y una manera de vivir particular.

Para ver qué ventajas y perjuicios nutricionales tiene seguir estas dietas hemos hablado con Javier Pulido, nutricionista y entrenador personal. Javier nos esbozó cuatro aspectos clave que deben tener en cuenta las personas que quieran practicar este tipo de dietas.

 

Tanto una dieta vegetariana como una vegana puede satisfacer las necesidades de personas de todas las edades, incluyendo niños, adolescentes y mujeres embarazadas o en período de lactancia. Las razones para seguir una dieta vegetariana o vegana son variadas e incluyen beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de sufrir enfermedad cardíaca, diabetes y algunos tipos de cáncer.

El hándicap que tienen este tipo de dietas, tal y como apuntaba Javier Pulido, es ser consciente de las propias necesidades nutricionales para poder planear una dieta que las satisfaga. Estas necesidades pueden ser cubiertas con suplementación o bien comiendo alimentos ricos en propiedades nutricionales. 

Los vegetarianos y los veganos suelen tener carencias en la vitamina B12, ya que ésta en su mayor volumen proviene de productos de origen animal. Esta vitamina es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo. Junto con ésta, es necesario comprobar los niveles de zinc, yodo, omega 3 y calcio. Ya que estos nutrientes suelen estar presentes en productos de origen animal o marino y al realizar estas dietas la ingesta de estos nutrientes se hace más complicada, en el caso de los veganos es habitual suplementar este tipo de nutrientes.   

Las personas que sigan una dieta vegetariana tendrán menos carencias y no deberían tener consecuencias en su salud por seguir esta dieta. En el caso de los veganos si que es necesario un control más exhaustivo para poder comprobar si está ingiriendo de manera habitual los nutrientes esenciales para el organismo. 

Hablamos también con la profesora de Metodología de la Investigación y socióloga Cecilia Eseverri, quien considera que a partir de los 80, la industria alimentaria cada vez ofrece productos menos naturales, menos «reales», y eso ha contribuido a la concienciación de muchas personas de la destrucción del medioambiente, al ser conscientes de cómo se fabrica esa comida ultraprocesada.

Como hemos visto anteriormente el concepto vegan (veganismo) nació en Gran Bretaña en 1944 en la Vegan Society, creada por Donald Watson (1910-2005) en Leicester, Inglaterra. Con la idea del «espíritu», Pitágoras en la Antigua Grecia o el budismo en Asia ya introdujeron la idea de no consumir ni usar productos de otros animales para ejercer la no violencia. Se afirmaba que sentían una profunda compasión por el sufrimiento ajeno y por el de los animales. En su origen, las noticias más antiguas se remontan a 1997; no se sabe cuándo llegó a España con exactitud, pero sí se ha comprobado que ha aumentado el número de veganos desde 2002.

Estos movimientos siempre comienzan con una élite privilegiada, con salud y medios al alcance de pocos, por lo que empiezan a comer mejor y se encargan de difundirlo por los medios. También llega luego el planteamiento de que algunos de esos que pertenecen a esa élite, ahora influencers, utilizan los modelos veganos como una moda pasajera para ganar seguidores, a lo que responde que es una moda sana pero dentro de un movimiento más amplio. Está en desarrollo el hecho de dejar de consumir carne. Es un movimiento con vida, con sentido de transformar la relación del ser humano con el medio ambiente. Son los primeros pasos hacia un movimiento que puede tomar ramificaciones muy diferentes.