«El suicidio es el problema más grave de salud pública en España y es prevenible».
En España, el suicidio lleva siendo la primera causa de muerte no natural durante 12 años. Y no remite: en 2017 –últimos datos disponibles–, la tasa aumentó un 3,1% respecto al año anterior. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, 3.679 personas vieron como única solución al gran sufrimiento que estaban atravesando quitarse la vida, y se la quitaron. Una cifra que, según los expertos se queda corta y que podría alcanzar las 6.000 muertes al año, porque la forma en la que se recogen estos fallecimientos en los partes de defunción falsean los datos. El Instituto Nacional de Estadísticas informa de una creciente subida de las tasas de esta muerte en España con un grave parecer, siendo en Asturias y Galicia mayores que en el resto de la nación, Madrid tiene una tasa menor, pero no es algo por lo que estar contentos.
Según los informes dados sobre esas dos comunidades la soledad es un factor a tener en cuenta en regiones con una población envejecida y prejubilada. He aquí que se subraya esta palabra porque dice mucho de un hecho que está ocurriendo desde hace años en la sociedad española. La alta tasa de población prejubilada, sobre todo en Galicia y Asturias, ha dado a que haya una población con tantísimo tiempo para estar solitaria, no porque así se desee, sino porque las poblaciones envejecen, se hallan solos y muchos deciden poner fin a su vida. Acompaña esto al clima que afecta al individuo, las muertes en pueblos de alta montaña se han visto aumentadas.
En otras comunidades autónomas, el suicidio tiene una tasa alta también, pero si nos fijamos en Madrid, esta presenta unos datos inferiores a la media, cosa interesante pues nos encontramos con la capital y con una comunidad central con una altísima población. Pese a todo, debe de ser que diferentes factores sociales entre otros han afectado a la mente de los de aquí para que el suicidio ocupe un punto menos en sus vidas.
Dividiendo por diferentes características fisiológicas a la población española, los suicidios entre los varones constituyen el triple frente a las cifras femeninas de este fenómeno, los varones son 75% y las mujeres 25% . Un estudio reciente señala las diferentes fechas elegidas para cometer el suicidio; siendo Marzo para las mujeres y Julio para los varones, un dato interesante y que pone mayor énfasis al estudio de las causas de la muerte por el individuo. Pese a todo es un tema que aún está poco reconocido entre la sociedad y del que poco se habla, algo que se pretende cambiar y dar visualización para frenar los suicidios de aquí a unos años. Es constante el estudio de la población afectada y de su involucración para dar con las soluciones pertinentes. Desde las asociaciones piden que se visualicen más y que no se siga haciendo de ello un tema tabú.
Si bien se debe de comentar la reciente evaluación en los peritajes que permiten tener una recogida de datos mucho más rigurosa con respecto hace unos años. De igual forma, también se ha mejorado y abierto algo más el acceso a estos datos; tanto por parte del Instituto Nacional de Estadística como para las diferentes asociaciones y sus ayudas a las diversas víctimas.
La edad es un dato también a tener en cuenta a la hora de evaluar los suicidios entre la población. Hablamos de un fenómeno que es alarmante en todas sus facetas, pero ver diferentes estadísticas con números drásticos de la población joven que comete suicidio da mucho qué decir, pero al parecer no para los medios generalistas. Sin poner números frente a cada parte de esa población ya sean varones, mujeres, jóvenes o adultos, etc. Se quiere añadir un dato necesario a la hora de crear un plan de prevención contra al suicidio y sus diferentes detonantes. Se han dado numerosos casos de suicidios inducidos por el acoso ya fuese escolar, laboral, sexual, etc.
El caso español, no obstante, presenta una clara mejora en lo que respecta a este caso en particular si entramos en una comparación con otros países desarrollados. Una comparación que puede parecer «positiva» para el caso español, no lo es tanto si tenemos en cuenta la reciente renovación en los procesos burocráticos que participan en la recopilación de datos relativos a este tipo de muertes y los comparamos con los realmente efectivos y rigurosos que se llevan aplicando durante años en los países del norte europeo, quienes encabezan estas listas.
Suicidio, ¿Tabú?.
Tal y como se puede leer en diferentes plataformas de la información, el suicidio en España tiene una tasa más que suficientemente alta como para valorarlo en un nivel de alerta constante. Frente a ello, es un tema que no tiene gran y repercusión ni consciencia en la sociedad, podríamos asemejarlo más a un tabú, algo a lo que no se está acostumbrado a mediar, pero es una triste realidad dado que el suicidio ocupa el primer puesto en el ranking de muertes no naturales, frente a las muertes en carretera, por ejemplo, de las cuales se emprenden grandes campañas de prevención.
El tratamiento (o no) de los suicidios como tabú es una práctica que se encuentra intrínseca en los principales medios de comunicación. Nos hemos entrevistado con Lola Berenguer, periodista de 20minutos, y nos afirma que desde su medio se insiste en romper esta concepción del suicidio hecho tabú por los medios. De hecho, desde la propia OMS se promueve la visibilización y cobertura de los medios a estos tipos de muertes como medida para atajarlas.
Importancia del sector profesional, ¿Realmente se puede tratar?
Quizás no lo tengamos en cuenta, pero la vida humana avanza a gran velocidad. Tan rápido, que siempre nos van a hacer falta más minutos para hacer algo, cualquier cosa. Como la mente humana es una conciencia muy dinámica y compleja, no es un ente que sea entendible al cien por cien y hay grandes variaciones a la hora de valorar síntomas entre las diferentes personas. Entrevistamos a Elena Sánchez Fresco, psicóloga clínica especializada en unidad de personalidad y comportamiento del Hospital Clínico Ruber, en Madrid.
La especialista declara que hay muchos casos de suicidios y que la mejor manera de actuar contra ellos es el simple apoyo. Además, relata, que las personas que amenazan con suicidarse no lo hacen como modo de atención, si no que es su manera de hacer ver que su dolor está siendo más fuerte que las ganas de vivir que tiene esa persona. Concluimos la entrevista con la psicóloga explicando que muchas veces son los propios psicólogos los que tienen que acudir a terapia después de un shok post-traumático como es el que se te muera un paciente, puesto que al final el trabajo del psicólogo ha resultado ser en vano, explica.
Se han hecho un gran número de experimentos sociales mostrando diferentes conductas humanas en ambientes sociales “normales” mostrados a personas con una conciencia “tranquila” si lo definimos así. Uno de esos experimentos consistió en mostrar una serie de imágenes en una escuela con diferentes etapas temporales. Se mostraba tal que la persona se fijaba en un protagonista con un problema menor, por darle una importancia. Un problema que genera un tipo de estrés al cual se puede combatir sin precisar de grandes esfuerzos por parte del protagonista. Ahora bien, tras el video se realiza una pregunta haciendo hincapié en una parte de la cinta que nadie ha tenido en cuenta y es en lo que no nos fijamos realmente como importante y es que tras la problemática del protagonista, había un secundario con un problema mucho mayor, que estaba ahí pero no supimos verlo. En el tema de los suicidios es más o menos parecido y según muchas de las organizaciones evocadas a este problema, la mayoría de los actos cometidos en suicidio, se podrían haber evitado.
Lo que dejan atrás…
Esta vez, vamos a tratar el fenómeno suicida desde otra perspectiva; la de los sobrevivientes. Estos, son aquellos familiares o personas cercanas a aquella persona que logra su objetivo con el suicidio. Ya hemos tratado la visión psicológica del suicidio y también la que tienen los medios de comunicación. Como punto de contraste, veremos ahora en qué coinciden las teorías de estos respecto a la de alguien que lo ha vivido tan de cerca.