Los retoques estéticos son una realidad cada vez más presente entre los jóvenes. Las redes sociales como Instagram y sus estándares de belleza han sido uno de los factores que han dado impulso a este aumento de demanda. En la actualidad plataformas como Instagram suponen una influencia directa en el ideal de belleza de los jóvenes. Pero, ¿hasta qué punto influyen?

Las presiones que sienten los jóvenes por cumplir dichos estándares de belleza tan presentes en plataformas como Instagram están derivando en un gran aumento en la demanda de retoques estéticos. Y este hecho no sólo afecta de manera física sino que puede influir de manera negativa a cuestiones como la autoestima o identidad.
Hay muchas cuentas de Instagram que promueven una idea muy particular de lo que debería ser la belleza como lo hacen los denominados “influencers”. Con frecuencia esta imagen se ve en cuerpos y rostros perfectamente esculpidos y mejorados. Como resultado, los jóvenes pueden volverse inseguros acerca de sus características físicas y desear modificar sus cuerpos para sentirse más atractivos o aceptados.
Hablamos con Débora Navarro, psicóloga experta en trastornos alimenticios y autoestima.
¿Quiénes son los más afectados?
Centrándonos en Instagram, red social en la que la información es completamente audiovisual, la presencia de cánones poco realistas es una realidad cada vez más presente.
Según datos de Statista, en enero de 2023 el 33,7% de los usuarios de esta plataforma tenían entre 18-24 años. El ideal de belleza plasmado en esta red afecta mayoritariamente a estos jóvenes, cuya necesidad por cambiar su físico es cada vez mayor.
Así lo afirman los datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) que ya en 2022 anunciaba la caída de edad respecto a los retoques estéticos, pasando de ser a los 35 años hasta los actuales 20. Que los jóvenes comiencen a aplicarse este tipo de modificaciones en su físico a tan temprana edad no es más que consecuencia del entorno del que se rodean.
Resulta evidente que el uso de filtros en redes sociales y aplicaciones que permiten deformar los cuerpos y rostros, han generado nuevas necesidades en los jóvenes. Petra Vega, médico estético y tesorera de SEME, afirma en una entrevista concedida a RTVE: “la gran variación y la gran sorpresa ha sido en pacientes jóvenes que acuden para modificar sus rasgos”.
Miguel Rodríguez, graduado en enfermería y estudiante de un master en enfermería estética y ecografía facial, nos da respuesta a algunas preguntas.
Retoques más populares por Instagram
Entre os retoques estéticos más populares entre los jóvenes encontramos los enfocados al labio, pómulo y nariz. Hecho que no sorprende siendo los tres aspectos que más se ven cambiados con los filtros tan destacables en las «historias» de Instagram.

Lo podemos ver ejemplificado de manera simple con esta imagen. La presencia de más labio superior, un perfilamiento notorio en la nariz y ya subida de los pómulos concuerdan con las crecientes exigencias de los jóvenes por parecerse a este canon de belleza.
Consecuencias
Es tal el aumento de casos de jóvenes que acuden a clínicas de medicina estética con busca de parecerse a su yo con filtro, que ha llevado a acuñar el término “dismorfia de Snapchat o dismorfia del selfie”. Este se utiliza para describir la preocupación o la obsesión de una persona por parecerse a sus selfies retocados con filtros de redes sociales como Instagram o editores de fotos, según un artículo publicado en JAMA Facial Plastic Surgery por investigadores de la Universidad de Boston.
Esta preocupación se puede manifestar en comportamientos como compararse con personas que han utilizado filtros similares, y experimentar ansiedad o baja autoestima cuando no se alcanza el nivel de perfección que se ve en las imágenes editadas.
Hemos podido contactar con algunas personas que han decidido realizarse retoques estéticos, y conocemos sus motivos, ¿han sido las redes sociales impulsoras de esta decisión?