Madrid es la ciudad española de la cultura y la diversidad. Es, además, una de las capitales europeas más ricas en eventos, con una agenda de actividades culturales para todos los gustos y edades que no deja de crecer. Pero no sólo es que los acontecimientos vengan a Madrid. Es que Madrid posee una serie de valiosas infraestructuras únicas que ofrecen al público local e internacional todas las posibilidades culturales que pueda imaginar.

La capital ya es más que rica solo por lo que tienen sus barrios. Los museos más importantes de España, como el Museo del Prado o el Museo Reina Sofía, se encuentran en Madrid; así como instalaciones tradicionales de la talla del Teatro Real o la plaza de toros de Las Ventas. Pero Madrid es la simbiosis de la tradición y la vanguardia. Porque junto a estos edificios se encuentran locales más alternativos y modernos, como los nuevos bares que ofrecen poesía y gastronomía como “El dinosaurio todavía estaba allí” o “Aleatorio”; o espacios urbanos para la práctica de bailes contemporáneos o deportes callejeros como el skate.

Interior del bar “El dinosaurio todavía estaba allí”. Fotografía propia.

Por otro lado, la cultura de todos los rincones del mundo viaja a la capital con muchísima frecuencia. Cada día se estrena o llega a Madrid un nuevo show o una nueva iniciativa, desde aquellas atractivas para todo tipo de público, como el musical “El médico”, de Noah Gordon, o la exposición que traslada al campo de concentración nazi “Auschwitz”; hasta aquellas que apuntan a un sector muy concreto, como el espectáculo de lucha libre WWE Live o el escape room inspirado en la exitosa serie “La Casa de Papel”.

Ahora bien, ¿accede el público joven a toda la oferta cultural que tiene a su alcance? Hay quien dice que a los jóvenes no les interesa la cultura, que no ven más allá de la inmediatez que proporciona su trepidante – y banal – ritmo de vida. Sin embargo, una gran parte de la oferta cultural va específicamente dirigida a un público de edad entre 16 y 30 años; y por lo visto esta oferta no deja de crecer. Para conocer cuál es la valoración general de los jóvenes sobre la cultura en Madrid, cuáles son los bienes y servicios culturales que más consumen y los que menos, hemos llevado a cabo una encuesta a cien jóvenes estudiantes de la Comunidad de Madrid, cuyos resultados son los siguientes.

En líneas generales, los jóvenes valoran muy positivamente lo que encuentran a su alcance. Y sí, lo consumen en la medida que su economía se lo permite. Tal y como corresponde a 2018, las redes sociales son la vía por la que directamente obtienen la información que necesitan sobre la oferta relacionada con sus intereses. En lo relativo al consumo por bienes y servicios, la gran parte del público joven asegura que cine, series, música y museos o exposiciones son sus opciones preferidas a la hora de elegir qué hacer con su tiempo de ocio. Para ahondar en sus preferencias y gustos, y conocer cuáles son las trabas que encuentran en el acceso a la cultura, hemos realizado una serie de entrevistas a jóvenes estudiantes a pie de calle. Sus opiniones son estas.

La conclusión más inmediata es que si la cultura no se consume de la manera que quizá debería es porque el poder adquisitivo del público joven no está al nivel de la exigencia económica de los bienes y servicios culturales. La responsabilidad recae, en especial, sobre el IVA cultural, que es prácticamente el impuesto más alto, aunque en algunos sectores como el cine haya disminuido.

Aunque también se apunta a la promoción (o falta de ella) de las actividades culturales como causante de una posible pérdida de visitas en público joven. Así lo señala Darío Alonso, dueño y chef del bar de poesía “El dinosaurio todavía estaba allí”, que cree que la mayoría de proveedores de cultura no hacen un uso suficientemente acertado de las redes sociales para llegar de manera efectiva a su público joven. Por su parte, Carlos Salem, dueño del bar “Aleatorio”, considera que a veces la promoción a veces provoca la reacción contraria a lo que se espera porque “tienes tanto a tu alcance que avanzas poco en su descubrimiento”.

Carteles promocionales de eventos culturales. Fotografía propia.

En este sentido, Alonso cree que los proveedores de cultura no han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías, y que la promoción que funcionaba bien en carteles radio y televisión no ha dado el salto al cibermundo de la manera más adecuada. Tal vez sea este el motivo por el que existe cierta confusión alrededor de la oferta cultural y su accesibilidad. Según Alonso, el público cada vez es más diverso y en este caso serían las nuevas tecnologías o redes sociales las que podrían acercarlo todo a todos. Y, de momento, no está siendo así. Puede que gracias a Internet, con el tiempo, cada vez se consuma más cultura – así lo espera él- pero eso solo los años lo determinarán.

Para conocer el porqué de la existente oferta cultural, su razón de ser, hemos entrevistado a algunos proveedores de bienes y servicios culturales en Madrid.

Por otra parte, también las instituciones tienen su peso y poder en la promoción de la cultura y en facilitar o no su acceso al público general y joven en particular. Es una labor con triple vertiente, local, autonómica y estatal; y tanto desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte –con José Guirao a la cabeza-, desde la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid como desde la Concejalía de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, se llevan a cabo iniciativas para facilitar el acercamiento de la cultura.

La oferta cultural en Madrid es envidiable a nivel europeo. Así lo asegura Luis Goicoechea, responsable de comunicación del servicio “Carné joven”, que permite a los jóvenes consumir cultura con numerosos descuentos. En opinión de Goicoechea, el interés decreciente por la juventud a la cultura y la falta en algunos casos de accesibilidad económica son los dos grandes problemas que se correlacionan en detrimento del consumo cultural. Sin embargo, el trabajador de “Carné joven” se muestra optimista.

En la misma línea opina Ángela Carrero, coordinadora de centros juveniles promotores de cultura del Ayuntamiento de Madrid. Desde las instituciones afirman que lo que hay es excelente, el modo en que se vende quizá no tanto. Para Carrero, tenemos una “muy buena oferta” cultural en este momento, aunque “se necesita mejorar”. Esta mejora debe venir en dos direcciones. Por un lado, Carrero garantiza que el suyo es el departamento “más pequeño” de todo el Ayuntamiento, lo cual no contribuye a amplificar el trabajo; y por otro lado, Carrero considera que el trabajo empleado en la promoción de las redes sociales “debe mejorar mucho”.

Decía el novelista André Malraux que la cultura es la suma de todas las formas de arte, de amor y de pensamiento, que, en el curso de siglos, han permitido al hombre ser menos esclavizado. Por su parte, el también escritor Alejandro Jodorowski, cree que cuando los países se desmoronan y se caen lo único que queda de ellos es la cultura, por eso es tan importante. Que un país sin cultura va a la desaparición. Por eso, cree que hay que dedicar un capital a la cultura, crear productos útiles para el ser humano, tanto para su consumo como para su conciencia. Y ese es el gran reto al que nos hemos enfrentado, nos enfrentamos y nos enfrentaremos.

Pero no sólo la creación de productos culturales es un reto. También lo es el consumo de los mismos. Tras una triple investigación en la materia, hemos dado con una conclusión lógica y coherente: que hay más que suficiente y variada cultura, que –en general- a los jóvenes les interesa la cultura, y que si no se accede a ella de la manera que se debería es por las trabas económicas que presenta. ¿Qué se puede esperar de este escenario? Esta es una pregunta que, de momento, no tiene respuesta. Lo que sí se puede hacer es avanzar en pos de la libertad que solo la cultura otorga.


 Si estás de acuerdo con lo que hemos expuesto, y eres joven… ¡esto te interesa!