Botellón en la Facultad de Ciencias de la información

Botellón en la Facultad de Ciencias de la información

La Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense se ha convertido en la casa por excelencia para la celebración de botellones, lo que supone una problemática centrada en el deterioro del entorno que estudiantes, profesorado y trabajadores de limpieza se encuentran cada vez que comienza una nueva semana lectiva.

El panorama normal de un lunes cualquiera es casi siempre el mismo: botellas, latas y vasos esparcidos por el suelo de la entrada de la Facultad, y olores no solo de alcohol sino también de orina que son bastante desagradables y con los que hay que convivir hasta que son recogidos.

Restos botellónPor lo tanto, nos encontramos con varias perspectivas en torno a este tema. Por un lado, está el estudiante, a veces usuario del botellón, que ve las consecuencias del mismo y, por otro, el que a pesar de no haber participado del evento tiene que soportar los residuos de cada lunes.

Otra visión fundamental en torno a este aspecto es la de los servicios de limpieza que retiran de la vista los montones de basura acumulados. En la entrada que da al edificio nuevo, el 16 de marzo un trabajador de la limpieza recoge con esmero los restos de la fiesta del fin de semana anterior, pero se niega a dar una declaración en vídeo al respecto; sin embargo expone su punto de vista: para él, el fenómeno del botellón tiene dos caras. La primera es que da trabajo y eso, en los tiempos que corren, es casi una bendición. La segunda —dice mientras señala la basura—, representa lo “irónico” de que algo así se dé en una Universidad; no es una imagen precisamente “buena” de una institución así.

Periódico con restos de botellon

El trabajador también habla de una cierta indiferencia por parte de la Universidad, al no exigir a la empresa de la limpieza el vaciado de los contenedores de basura continuamente, puesto que éstos se llenan enseguida e impiden que los restos puedan seguir siendo depositados ahí. Esto supone que la basura se tenga que acumular en bolsas plásticas negras, donde está poco segura porque fácilmente puede volver a salirse de ahí.

Por su parte, la gerente de la Facultad, quien de igual forma prefirió no aparecer en ningún vídeo, hace hincapié en que la Universidad se encarga de la limpieza de las entradas inmediatas a los edificios y que el Ayuntamiento de Madrid también recoge la basura en otras zonas, aunque a veces tarda en hacerlo. Asegura también que uno de los principales peligros que entraña el botellón es el excesivo número de personas que acude, por ejemplo, a San Cemento”, una fiesta primaveral del alcohol que originalmente es de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, pero que en los últimos tiempos se celebra en Ciencias de la Información. El riesgo está en que el estado de embriaguez de algunas personas en esta fecha es muy alto y eso, combinado con las aglomeraciones, eleva las posibilidades de que se vea afectada la integridad física de los asistentes.

Otro aspecto fundamental que quiso dejar claro es que la Policía intenta evitar que se produzca la cita, pero solo actúa en los alrededores de la Facultad, en las zonas en las que se puede llegar a molestar realmente al orden público y como Ciencias de la Información tiene una arquitectura de porches escondidos, el control en la asistencia al botellón acaba siendo tremendamente complicada. En este sentido, la gerente expresa que una intervención en eventos como éstos es urgente, pero dado que se ha convertido en una cita excesivamente popular —asisten no solo estudiantes del centro, sino también gente ajena al mismo—, es muy complicado, casi imposible, como ya se ha dicho, poner freno a que las personas acudan a estos macrobotellones.


Por lo tanto, considera que una alternativa puede ser una campaña de concientización por parte de los estudiantes dentro la Facultad, para que, aunque la fiesta se realice, cada uno se responsabilice de sus propios residuos. Lamentándose, ella misma enseña algunas fotos que realizó el 24 de abril del año pasado cuando tuvo lugar este enorme botellón en Ciencias de la Información. Esas fotografías las proyectó durante algunos días en las pantallas informativas del centro para intentar obtener una reacción de los estudiantes con relación al cuidado de su propio entorno.