La accesibilidad universal para estudiantes con discapacidad sigue siendo un gran reto para las universidades. En los últimos años, el número de estudiantes universitarios que presentan algún tipo de discapacidad (física o intelectual) ha crecido de manera exponencial. Este crecimiento, se refleja en las cifras de estudiantes con discapacidad del curso 2020-2021. Según CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), un total de 23.851 personas con discapacidad estudiaron en las universidades españolas. Aún siendo un número elevado, estos alumnos solo representan el 1,5% del total del estudiantado. A pesar de los claros avances que han hecho las universidades españolas al respecto, los universitarios con discapacidad se enfrentan todavía a numerosos obstáculos en su vida académica.
Dentro de los diferentes obstáculos, los resultados del V estudio sobre universidad y discapacidad elaborado por la fundación Universia muestran como una de las principales razones para la percepción de discriminación del alumnado esta relacionadas con los problemas de accesibilidad y barreras arquitectónicas. Tramos largos de escaleras, ascensores con medidas inadecuadas, mobiliario inapropiado en las aulas, espacios de descanso inadaptados, sistema braille insuficiente… son algunos de los muchos problemas a los que se enfrenta este estudiantado en su día a día.
Por ello, las universidades se han puesto en marcha los últimos años para ofrecer una mejora. Estas, tienen la responsabilidad social de adaptar todas sus instalaciones para que los estudiantes puedan acceder a la misma formación sin tener en cuenta su discapacidad.

La accesibilidad para personas con discapacidad física y/o sensorial en la UCM.
En el caso de la Universidad Complutense de Madrid son distintas las medidas que se han impulsado durante la última década. En cuanto la accesibilidad de las instalaciones se han realizado mejoras, especialmente dirigidas a adaptar los espacios para el acceso de personas con movilidad reducida mediante ascensores, rampas o plataformas elevadoras eléctricas para sillas de ruedas.
Aparte de la mejora de la accesibilidad física de los estudiantes, la Complutense también se compromete a mejorar el acceso a la tecnología, la cual también es un gran desafío para los estudiantes con discapacidad sensorial. Por ello, junto a la ONCE, la UCM ha renovado su Cátedra de Tiflotecnología, creada en 2020 para impulsar la tecnología accesible para las personas con discapacidad visual mediante la investigación y desarrollo de proyectos tecnológicos accesibles para todos. Por otro lado, la UCM cuenta con dispositivos especializados de apoyo para personas con diversidad como la Oficina para la Inclusión de Personas con Diversidad.
Le preguntamos a Antonia Durán Pilo, coordinadora de esta oficina, sobre los principales retos que se encuentran a la hora de hacer de la UCM una universidad más accesible y adaptada para las personas con diversidad.
Entrevista a Antonia Durán Pilo
La Facultad de Ciencias de la Información es un ejemplo de cómo se ha mejorado en la medida de lo posible, a pesar de que sigan existiendo espacios con difícil acceso como la biblioteca o los platós y algunos estudios de radio. Pero, ¿quién supervisa esta mejora? ¿ Están la UCM y la Facultad de Ciencias de la Información haciendo todo lo posible para crear espacios accesibles e inclusivos? Para ello, hemos entrevistado a Adriana Romero, arquitecta y técnica de audiovisuales.
Entrevista a Adriana Romero
Como vemos, estas medidas no siempre resultan suficientes. El propio Rector de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Goyache indicó en una entrevista a Servimedia, que la institución ha progresado un poco en materia de accesibilidad pero que debido al presupuesto y a los edificios antiguos y protegidos que conforman las facultades del campus, se trata de un avance lento y complicado. Por ello, hemos querido preguntarle desde su propia experiencia a María del Carmen Bañuelos, alumna de Ciencias de la Información.
Entrevista a María del Carmen Bañuelos
Los diferentes testimonios coinciden en que a pesar de los esfuerzos la accesibilidad en el campus de la Complutense sigue siendo un reto diario. A pesar de ello, es necesario seguir trabajando para salvar las barreras de accesibilidad, puesto que el asistir a clase y tener acceso a una educación de calidad es un derecho universal.